La represa Daule-Peripa, la mayor de Ecuador, ha desalojado 322 hectómetros cúbicos de agua en cinco semanas, equivalente a 128.800 piscinas olímpicas, informó la Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC) el 16 de abril. Las descargas controladas, iniciadas el 11 de marzo, buscan gestionar el nivel del embalse. El mismo que está a punto de alcanzar su cota máxima, ante las lluvias y el riesgo de desborde.
Pablo Espinosa, gerente de CELEC EP Hidronación, presentó estos datos en una reunión con autoridades de los municipios de Guayas y Manabí y las prefecturas de ambas provincias. El jueves 17 de abril del 2025, el embalse se encontraba a 84,90 metros sobre el nivel del mar (msnm). Es decir, a solo 10 centímetros de su cota máxima de 85,00 msnm. Para evitar un desborde, CELEC anunció que aumentará la apertura de las compuertas de 50 a 75 centímetros. Permitiendo una descarga de 323 metros cúbicos por segundo a través del vertedero.
Medidas y coordinación
CELEC notificó la decisión a los gobiernos locales de Pichincha (Manabí), El Empalme, Balzar, Palestina, Santa Lucía, Daule, Nobol, Samborondón y Guayaquil, así como a las prefecturas de Guayas y Manabí y a la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos. La entidad proyecta que el embalse alcanzará los 85,00 msnm en la mañana del viernes 18 de abril. Lo que obliga a mantener descargas controladas para garantizar la seguridad de las estructuras de la represa.
Según CELEC, el volumen evacuado desde marzo equivale a 2,5 millones de litros por cada una de las 128.800 piscinas olímpicas estándar. Una magnitud que refleja la intensidad de las operaciones. La corporación aseguró que las descargas son monitoreadas para minimizar impactos en las comunidades downstream y que las estructuras de la represa están diseñadas para soportar estas condiciones.
Contexto de la represa Daule-Peripa
La represa Daule-Peripa, ubicada entre las provincias de Guayas y Manabí, es crucial para la generación hidroeléctrica, el abastecimiento de agua y la prevención de inundaciones en la región. Su gestión es especialmente relevante durante la temporada de lluvias, cuando los niveles del embalse pueden acercarse a su capacidad máxima. Las descargas controladas son una práctica habitual para evitar riesgos, pero requieren coordinación con autoridades locales para mitigar efectos en las zonas aledañas.
El aumento en la apertura de compuertas responde a la necesidad de mantener el embalse dentro de parámetros operativos seguros. CELEC subrayó su compromiso con la transparencia al informar a las comunidades y autoridades, mientras continúa monitoreando las condiciones climáticas y los niveles del agua.