Los procesos para mejorar la calidad del agua en Santo Domingo de los Tsáchilas han mostrado avances, pero aún hay pendientes, debido a la presencia de bacterias.
Una de esas bacterias es la llamada E.coli, que al entrar en contacto con el agua puede provocar diarrea e infecciones estomacales. Esa bacteria sigue presente en el agua que llega a los hogares, lo cual incide en la calidad del agua en Santo Domingo. Esto lo reveló la Encuesta de Desnutrición Infantil, realizada entre 2023 y 2024. Ahí se revela que la presencia de E. coli en el agua bajó de 14,6% a 5%, es decir, una reducción de 9,7 puntos porcentuales entre 2023 y 2024.
Este indicador ubica a Santo Domingo de los Tsáchilas como la antepenúltima provincia con menos presencia de la bacteria en el agua potable, por encima de Guayas y Pichincha, que tienen las mejores puntuaciones. A pesar del descenso, la presencia de esta bacteria aún representa un problema serio de salud pública, con consecuencia en la calidad del agua en Santo Domingo. Así lo dice el ex presidente del Colegio de Médicos, Luis Pazos.
Calidad del agua afecta a niños
Ese 5% E. Coli en el agua potable genera alerta, especialmente en la población infantil, que puede desarrollar cuadros más graves de enfermedades. Esto se complica aún más si se combina con la desnutrición crónica, un problema que afecta al 11,1% de los niños en la provincia, según el mismo estudio. A nivel nacional, la desnutrición infantil afecta al 15,6%, lo que pone a Santo Domingo por debajo del promedio, pero aún en riesgo. La E. coli es una bacteria que vive normalmente en los intestinos de los seres humanos y animales.
Algunas cepas son inofensivas, pero otras provocan infecciones graves. Su presencia en el líquido vital indica contaminación fecal, es decir, que heces han entrado en contacto con el sistema de distribución o almacenamiento, lo que perjudica la calidad del agua en Santo Domingo. En los niños, una infección por E. coli puede comprometer su nutrición, su sistema inmunológico y su desarrollo. En adultos mayores, personas inmunodeprimidas o con enfermedades crónicas, la exposición también puede ser peligrosa, indica el médico Luis Pazos.
¿Cómo llega el E. coli al agua potable?
Aunque Santo Domingo cuenta con una planta de tratamiento de agua, la bacteria puede aparecer por varias razones. Una de ellas es la contaminación en los sistemas de almacenamiento, como tanques o cisternas sin mantenimiento. También influye el mal estado de las tuberías que, al presentar fugas o filtraciones, permiten el ingreso de aguas contaminadas. En septiembre de 2024, la Empresa Pública de Agua Potable de Santo Domingo ejecutó un proceso de análisis solicitado por la Arcsa, el Ministerio de Salud y el Ministerio del Ambiente. Las muestras se tomaron en puntos del sistema de distribución y almacenamiento, específicamente en el tanque izquierdo del complejo Ramia. También se lo hizo en varios puntos de la ciudad. El análisis estuvo a cargo del Grupo Químico Marcos, un laboratorio acreditado a escala nacional.
Calidad de agua bajo norma INEN
La norma INEN NTE 1108 establece los parámetros que debe cumplir el agua para considerarse potable. Algunos de estos requisitos son: Ausencia total de E. coli y coliformes fecales, niveles adecuados de cloro residual libre (de 0,2 a 1 miligramo por litro), necesarios para eliminar microorganismos. Además, turbiedad baja, es decir, agua clara y sin partículas suspendidas y el pH equilibrado, para evitar corrosión en las tuberías o efectos negativos en la salud.
Los resultados del informe levantado en septiembre de 2024 no han sido revelados por la Empresa de Agua Potable. Pero el informe de Desnutrición Crónica evidenció que el cloro residual en ciertos puntos del sistema no alcanzaba el nivel recomendado, lo que facilita la aparición de bacterias. El estudio estatal dice que, en Santo Domingo de los Tsáchilas, el uso de cloro en el agua potable pasó de un 35,6% entre 2022 y 2023 a 36,8% en 2023 y 2024. El promedio nacional fue 52,8% en el 2024. La falta de cloro suficiente reduce la capacidad de desinfección del agua, especialmente en trayectos largos entre la planta y los hogares.
El monitoreo debe seguir
A pesar de los avances en el control de bacterias, el hecho de que 1 de cada 20 muestras aún contenga E. coli no permite bajar la guardia. Así lo indica Miguel Padilla, experto en gestión de empresas de agua potable. “La desnutrición, especialmente en zonas rurales y en poblaciones indígenas, como los Tsáchilas, puede agravarse si no se controla este factor”.
La calidad del agua en Santo Domingo es un asunto que necesita atención continua, inversión sostenida y vigilancia comunitaria, agrega Padilla.