La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reportó este abril de 2025 un aumento de 189 casos confirmados de fiebre amarilla, con 74 muertes en Bolivia, Brasil, Colombia y Perú. El reporte destaca un riesgo elevado de expansión en la región, afectando a las poblaciones más vulnerables. La situación, que preocupa a gobiernos y organismos sanitarios, resalta la urgencia de medidas preventivas para contener el brote y minimizar su impacto en la salud pública.
El director de Emergencias en Salud de la OPS, Ciro Ugarte, confirmó en rueda de prensa que los sistemas sanitarios de la región deben estar preparados ante posibles brotes adicionales de fiebre amarilla. Ugarte enfatizó la importancia de una respuesta rápida y coordinada. También señaló que el riesgo no solo afecta a los países con casos confirmados, sino también a las naciones vecinas como Ecuador.
Riesgo sanitario por la fiebre amarilla es elevado en la región
Según el informe técnico de la OPS publicado el 25 de abril de 2025, el riesgo de brotes de la fiebre amarilla se considera elevado debido a factores como el cambio climático, el aumento de la movilidad regional y las deficiencias en el sistema de vigilancia epidemiológica. El organismo insiste en la necesidad de reforzar las campañas de vacunación y mejorar el acceso a servicios de diagnóstico temprano, elementos críticos para frenar la propagación.
Datos clave del brote actual de fiebre amarilla:
- 189 casos confirmados hasta abril de 2025.
- 74 muertes registradas.
- Bolivia: 48 casos, 20 muertes.
- Brasil: 65 casos, 23 muertes.
- Colombia: 40 casos, 18 muertes.
- Perú: 36 casos, 13 muertes.
- Brote clasificado como epidemia regional en evolución.
- Incremento del 25% respecto al mismo periodo de 2024.
- OPS desplegó 10 equipos técnicos de apoyo en terreno.
- Se activaron alertas epidemiológicas en 12 países de América.
- Ministerios de Salud locales aumentaron campañas informativas.
- Riesgo de expansión a otras naciones: moderado a alto.
Profundizan en las estrategias de respuesta
Los gobiernos de los países afectados por la fiebre amarilla han comenzado a implementar protocolos de emergencia sanitaria. En Brasil, el Ministerio de Salud destinó fondos adicionales para fortalecer los hospitales rurales. Por su parte, Colombia priorizó el equipamiento de laboratorios de diagnóstico rápido de la fiebre amarilla. Expertos de la Universidad de São Paulo advierten que, sin acciones coordinadas, el brote podría duplicarse en los próximos seis meses.
Ecuador ha intensificado las campañas de prevención, enfocándose en la eliminación de criaderos de mosquitos y la promoción del uso de mosquiteros y repelentes. Además, se insta a la población a acudir al centro de salud más cercano ante la aparición de los primeros síntomas.
Para quienes viajan a zonas selváticas, la vacunación contra la fiebre amarilla sigue siendo obligatoria y debe realizarse al menos 10 días antes del desplazamiento. El control comunitario y la respuesta médica temprana son fundamentales. Así, se buscar contener los brotes y proteger a la población más vulnerable, como niños, embarazadas y adultos mayores.
Prevención y cooperación en la región por la fiebre amarilla
El Consejo Andino de Salud anunció la creación de un comité regional de vigilancia epidemiológica, con sede en Lima. Ecuador, a través del Ministerio de Salud Pública, participa en la coordinación para monitorear síntomas en zonas fronterizas y realizar simulacros de respuesta ante emergencias. La solidaridad y colaboración entre países será esencial para contener este desafío sanitario.
Tal como advirtió la Organización Panamericana de la Salud en su informe, la expansión de la fiebre amarilla en Bolivia, Brasil, Colombia y Perú representa una seria amenaza que compromete la estabilidad sanitaria de América Latina. Con 189 casos confirmados y 74 muertes reportadas hasta abril de 2025, la región enfrenta un llamado urgente a la acción, recordando a Ecuador y sus vecinos que la prevención es ahora más vital que nunca.