El volcán Etna, considerado el mayor volcán activo de Europa, registró una potente erupción el lunes 2 de junio, generando temblores intensos y una colada de lava en sus zonas altas. El fenómeno ocurrió en la isla italiana de Sicilia, al sur del país. Aunque causó temor entre excursionistas presentes en la zona, las autoridades descartaron riesgos para la población, según informó Protección Civil.
ACTIVIDAD EN DISMINUCIÓN, PERO VIGILADA
Según datos emitidos por el servicio de monitoreo volcánico italiano, la actividad del Etna muestra signos de debilitamiento, luego de la expulsión de lava y emisiones sísmicas registradas a primeras horas del lunes. Las autoridades regionales y expertos en vulcanología confirmaron que el material volcánico no ha superado el Valle del León, una depresión natural que suele contener las coladas.
El presidente de la región de Sicilia, Renato Schifani, aseguró que «no existen peligros para la población», de acuerdo con los primeros reportes técnicos. Asimismo, la actividad aérea no se vio afectada, y el aeropuerto de Catania, ubicado a pocos kilómetros del volcán, operó con normalidad, a diferencia de ocasiones anteriores donde se ha requerido su cierre preventivo.
Sin embargo, el responsable de la Protección Civil siciliana, Salvo Cocina, instó a mantener la prudencia. Recomendó a los excursionistas evitar el ascenso a la cima del volcán hasta nuevo aviso, debido a «la potencial evolución del fenómeno«.
UN VOLCÁN ACTIVO Y MONITOREADO CONSTANTEMENTE
El Etna, con una altitud aproximada de 3.357 metros, es uno de los volcanes más vigilados del mundo debido a su alta frecuencia eruptiva. Este tipo de eventos, aunque frecuentes, suelen limitarse a zonas no habitadas gracias a la geografía del lugar y a los planes de contingencia establecidos por las autoridades italianas.
Los organismos técnicos han mantenido una alerta amarilla, lo que implica actividad moderada con bajo riesgo inmediato. No obstante, se mantiene un monitoreo constante mediante sistemas sísmicos y satelitales para detectar cualquier cambio en el comportamiento del volcán.
La erupción no provocó daños materiales ni evacuaciones, pero reaviva la atención sobre la necesidad de seguir protocolos de seguridad para excursionistas y residentes cercanos. Las autoridades piden mantenerse informados solo a través de canales oficiales.