Las familias albergadas en la Unidad Educativa Nocturna San Gregorio, en Portoviejo, viven con incertidumbre ante el cierre inminente de los albergues temporales habilitados tras las lluvias de febrero. Las autoridades locales priorizan el retorno a las actividades escolares, ya que la normativa permite un máximo de 90 días de operación para estos espacios. Actualmente, 31 personas permanecen en tres albergues, pero se espera que estos cierren la próxima semana.
Cierre de albergues y búsqueda de soluciones
Las fuertes precipitaciones de febrero obligaron a las autoridades a abrir siete albergues para atender a 304 personas afectadas por riesgos de inundaciones y deslizamientos. El trabajo conjunto del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI), implementó el Plan de Retorno Seguro, que permitió cerrar varios albergues y reubicar a familias mediante bonos de arrendamiento y soluciones habitacionales. Sin embargo, las cuatro familias del sector La Piñonada, alojadas en el albergue AT7 de la Unidad Educativa Nocturna San Gregorio, enfrentan obstáculos para retornar a sus hogares por el riesgo de deslizamiento.
William Zamora, uno de los afectados, expresó su preocupación: “Nos dijeron que estaríamos 15 días, pero ya llevamos más de un mes y no tenemos soluciones claras”. Las familias también solicitan la limpieza de lodo acumulado en la parte de atrás de las viviendas. Los afectados temen que la insalubridad afecte la salud de los niños. A pesar del inminente riesgo, una de las familias regresó a su hogar lo que evidencia la urgencia de respuestas concretas.
Acciones de las autoridades
Personal del MIDUVI visitó el albergue AT7 para verificar la situación de las familias y determinar si califican para bonos de arrendamiento o soluciones habitacionales. Según Villacreces, el municipio trabaja para cerrar los tres albergues activos la próxima semana, priorizando la reanudación de clases presenciales. “Hemos reducido significativamente el número de albergados gracias a la coordinación interinstitucional”, afirmó.
Maribel Delgado, otra afectada, señaló que inicialmente les prometieron un retorno rápido a sus hogares, pero evaluaciones posteriores de riesgo indicaron que no era seguro. “Queremos claridad. Nos dicen una cosa y luego otra”, afirmó. Las familias insisten en que se les garantice una solución definitiva, ya sea el retorno seguro o una reubicación adecuada.
Emergencia de lluvias
Las lluvias de febrero en Portoviejo dejaron sectores vulnerables, los deslizamientos de tierra y la acumulación de lodo afectaron varias viviendas. La respuesta inicial del municipio incluyó la apertura de albergues temporales, pero el desafío actual radica en garantizar soluciones permanentes para las familias que aún no pueden regresar.