Un niño murió y otras dos personas resultaron heridas en un ataque perpetrado por un adolescente en el interior de una escuela en la localidad de Estaçao, en el estado de Río Grande del Sur, Brasil. El caso ha provocado gran alarma en la comunidad.
Detienen a autor de tiroteo en Brasil
La Policía Civil señaló en un comunicado que al adolescente, de 16 años, lo detuvieron tras el ataque en la Escuela Municipal Maria Nascimento Giacomazzi. Además detalló que el fallecido es un niño de nueve años, y que los heridos son otro niño de ocho y una profesora de 34.
“Tanto la docente como el niño herido se encuentran estables”, manifestó la Policía, agregando que la mujer resultó herida cuando intentó detener el ataque armado.
Adolescente no tenía antecedentes
La entidad policial detalló que el detenido “no tiene antecedentes” y que se lo trasladó a la comisaría. “Las motivaciones del delito deben ser esclarecidas. Aún no existen pruebas que sustenten el verdadero móvil del crimen”, zanjó.
Por su parte, el ministro de Educación de Brasil, Camilo Santana, mostró su “tristeza” por el ataque en un mensaje en su cuenta en la red social X y ordenó el envío de psicólogos al centro para “brindar el apoyo necesario”.
“Seguimos trabajando en estrecha colaboración con el Ministerio de Justicia y las autoridades locales, reafirmando nuestro compromiso con la vida, la paz y la protección de las comunidades escolares”, apuntó, antes de trasladar su “más sentido pésame” a “la población, la comunidad escolar y las familias de las víctimas”.
La violencia va en aumento en las escuelas de Brasil
La violencia en las escuelas de Brasil ha alcanzado niveles alarmantes, triplicándose en la última década, con 13.100 casos registrados en 2023, según el Ministerio de Derechos Humanos y Ciudadanía. Este fenómeno incluye ataques premeditados, bullying, violencia interpersonal, institucional (como racismo o machismo) y problemas del entorno como el narcotráfico.
Factores como la falta de valorización del magisterio, el abandono social, la negligencia frente a la diversidad cultural y el aumento del extremismo en línea, amplificado por redes sociales, contribuyen a esta crisis. Desde 2000, se han reportado al menos 35 muertes en ataques escolares, muchos vinculados a discursos de odio y radicalización en plataformas digitales.
El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ha invertido millones en seguridad, salud mental y formación docente, pero las soluciones simplistas, como la militarización de escuelas, son criticadas por no ser sostenibles. Expertos abogan por la educación en derechos humanos y la promoción de una cultura de paz para contrarrestar la intolerancia y fomentar el diálogo.
La sociedad brasileña enfrenta el desafío de transformar las escuelas en espacios seguros, abordando las raíces sociales e ideológicas de la violencia.