Aunque los hechos violentos nunca han cesado del todo, “Jorge” no se acostumbra al estruendo de las balas. La primera quincena de agosto se vivió con violencia en El Florón.
Tres ataques armados dejaron como saldo dos muertos y heridos, y él estuvo cerca para describir esos segundos de miedo y angustia.
Los más recientes ocurrieron en un lapso de 72 horas. “Jorge” estaba haciendo trabajos de albañilería cuando escuchó los disparos.
Era domingo por la tarde y él se reunió con sus vecinos para avanzar con un trabajo.
De repente, a todos les tocó dejar lo que estaban haciendo, tratar de refugiarse y luego, ir a casa.
“Esto está caliente aquí”, dice “Jorge”, quien prefiere omitir su identidad por temor a represalias.
Así como él, muchos optan por guardar silencio.
Nadie sabe ni ha visto nada. Pero el efecto de la delincuencia y la violencia se evidencia en el cambio de la rutina de los comerciantes de alimentos.
Negocios como los “dolarazos”, por ejemplo, han cerrado y otros han reducido sus horarios de trabajo.
“Enrique”, vecino de esta ciudadela dividida en varios sectores, comenta que la inseguridad ha pasado factura también a ciertas familias que, incluso con casa propia, han optado por irse del lugar por temor.
Crímenes en El Florón
Según estadísticas de la Policía Nacional, El Florón se mantuvo hasta junio como uno de los circuitos con más muertes violentas en Portoviejo, superando los 25 homicidios.
Ya con la intervención militar, la Policía informó que se generó un corredor seguro en torno a los circuitos priorizados como El Florón 1, 2, 3 y 4.
Los delitos se redujeron unas semanas, pero este mes los hechos violentos tomaron fuerza.
“Es difícil. Hay gente que cierra las tiendas en las tardes y otros trabajan hasta las 19h00. Lo más grave es que han cerrado negocios definitivamente. Se han ido”, cuenta “Enrique”.
La situación es similar en casi todos los sectores de la ciudadela.
De hecho, la avenida Libertad, una de las más comerciales de El Florón, ha sido escenario de varios ataques armados este año.
“Imagínese, el último baleado fue cerquita de la UPC. ¿Qué se puede hacer?”, añade el vecino.
Con este circuito como uno de los más conflictivos, Portoviejo se mantiene como el segundo distrito más violento de Manabí, después de Manta, según estadísticas policiales.