Con una ternura que conmueve y con zarpazos de cariño, la gatita llamada ‘Lya’ se encargó de dos pollitos que fueron rechazados por la gallina que los empolló.
Las pequeñas aves pasaban piando todo el día sin encontrar sosiego hasta que ‘Lya’, quien no puede tener crías, los llevó a su caja de dormir y allí los acurruca y lame hasta que se duermen.
Ahora no se quiere despegar de sus pequeños pollos, y se han convertido todos en una familia sensación de la ciudadela Primero de Mayo de Portoviejo.
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