El 2 de octubre del 2002 nación Goku, pero esto no ocurrió en el planeta Vegeta, sino en Portoviejo.

Sí, como lo lee: en Portoviejo, capital de Manabí. 

Es que no estamos hablando del personaje ficticio del ánime. Nos referimos a una persona de carne y hueso, que, sin embargo, guarda algunas similitudes con el famoso Saiyajin. 

Su nombre de Willis Goku Molina Cevallos, un portovejense de 18 años que se convirtió en tendencia en las redes sociales el día de la segunda vuelta de elecciones para presidente de la República.

Todo pasó porque alguien subió la foto del certificado de votación en el que resaltaba su nombre como parte del listado de las peculiaridades de Manabí. Este joven está lleno de sueños y uno de los más grandes es convertirse en futbolista.

“Es algo que no se ha dado, pero siempre me imagino lo chévere que sería que un futbolista se llame Goku”, cuenta.

Sabe que aquello sorprendería, porque ya está acostumbrado a generar asombro entre quienes lo conocen.

Cuando era pequeño, en la escuela lo apodaban ‘Kakaroto’ o ‘Piccolo’. Esto una vez que aceptaban que Goku era su nombre verdadero y no un alias que le habían dado en casa.
HISTORIA DE SU NOMBRE.

La idea de llamarlo como el protagonista de la saga ‘Dragon Ball’ fue de su padre, según cuenta el propio Goku.

“Mi papá es un fanático de los buenos. Tanto así que cumplió la promesa de llamar a su primer hijo como su personaje favorito”, cuenta.Sin embargo, es el único entre tres hermanos que se llama como un dibujo. “Mis dos hermanos más tienen nombres comunes”, agrega.

Y resulta que Goku ha heredado la afición por ‘Dragon Ball’, tanto así que a pesar de no haberse visto todas las temporadas y solo tener dos muñecos de colección de la misma, le gustaría que sus hijos se llamen Gohan y Goten, como los del personaje que inspiró su nombre.

Respecto a las similitudes con Goku, el manabita cuenta que “come mucho y no engorda”, pero lo más importante es que tiene la misma nobleza, humildad y amor por la familia que el ‘sayayin’ más famoso del mundo. Por ahora, el Goku ecuatoriano estudia ingeniería civil en la UTM y, aunque disfruta la curiosidad por la que muchos lo han agregado a las redes sociales, no ve en estas un camino a seguir.

“Ser youtuber o influencer no son cosas que me llamen la atención. Disfruto de mi vida tranquila”, comenta.