A casi dos meses del daño que sufrió el radar de control de espacio aéreo ubicado en la cima del cerro de Montecristi, aún este dispositivo de vigilancia no vuelve a emitir su señal de revisión de actividades ilícitas.

La información sobre la reparación del radar que fue instalado en el cerro Montecristi (Manabí) para la detección de actividad aérea irregular (narcotráfico) fue calificada como de seguridad nacional por el Ministerio de Defensa, es decir que desde ahora es secreta y reservada.

El artefacto lleva casi dos meses inactivo y apenas funcionó once días. Según el Gobierno, el objetivo del radar, que fue dañado por una explosión, era vigilar un espacio aéreo de 400 kilómetros aproximadamente, sobre todo para localizar aeronaves vinculadas al narcotráfico.

Juan Francisco Núñez, gobernador de Manabí, dijo que continúan los procesos para la rehabilitación del radar correspondiente en el cerro de Montecristi y que aún se desconoce cuándo volverá a funcionar.

Luis Alcívar, ciudadano, desde hace varias semanas ha escrito a diferentes medios de comunicación, para solicitar que informen sobre el radar. Según su versión el gobierno de Guillermo Lasso “está muy callado y la prensa también”. Se refiere a que no hay noticias sobre la reparación del radar ni cuándo estará funcionando.

“Alguien debe decir la verdad sobre el cerro de Montecristi y el radar. Pregunto, los militares son investigados por la explosión”, dijo Alcívar.

Para el exdirector de Inteligencia del Ejército, Mario Pazmiño, la declaración de información reservada “no es pertinente”. “Lo primero que debían haber considerado como reservado es la ubicación, y no lo hicieron”, aseveró Pazmiño.

En noviembre el ministro de Defensa, Luis Hernández, descartó un atentado como la posible causa del daño al radar, y aseguró que si el desperfecto se produjo por una falla humana se iban a aplicar sanciones.
La Fiscalía General del Estado (FGE) abrió una investigación para determinar una presunta participación de los propios militares en la avería del aparato.

Tras el daño en el artefacto, Hernández aseguró que el espacio aéreo en Manabí estaba siendo custodiado por varios radares en mar y tierra de la Armada y el Ejército, respectivamente.
Con el radar en Montecristi, el Gobierno pretendía combatir a grupos narcodelictivos.