El coronavirus también ha roto hogares, pero menos de lo que se cree.  
Roberto y Ana, nombres protegidos, a poco tiempo del confinamiento, en marzo del 2020 decidieron separarse.
Roberto reveló que su matrimonio de diez años ya presentaba algunos inconvenientes, pero estos se agudizaron durante la pandemia. “Era mejor poner fin para no seguir causándonos daño”, dijo.
Este chef de 40 años también reconoció que la situación empeoró porque tanto él como su esposa fueron despedidos de sus trabajos en un restaurante.
Pero, pese a los conflictos conyugales, las separaciones han sido menores.
El Registro Civil reportó 22.442 divorcios en Ecuador el año pasado. Y en abril de 2020, uno de los meses más duros de la pandemia, solo hubo una separación legal y cero matrimonios.  
La cifra es menor a la de 2019, cuando hubo 30.017 divorcios.
En estas cifras de divorcios consta el caso de Maribel Anchundia. Ella contó que la llegada de la pandemia fue la excusa para poner fin a su matrimonio de ocho años.  “Entre mi expareja y yo ya habían varias situaciones irreconciliables; varias veces intentamos superarlas, pero nos dimos cuenta que no podíamos seguir así y optamos por divorciarnos”, señaló.
Una pareja que lleva trece años casada ha decidido separarse, pero cuando mejore su situación económica.

En Ecuador, el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censo (INEC) señala que históricamente el número de divorcios en el país se ha incrementado.
Han existido excepciones, como en el 2016, cuando se registró un número menor que en 2015.
En esto coincide la abogada Ximena Mantuano.
“Seguramente en ese año, debido al terremoto, muchas parejas se dieron nuevas oportunidades y superaron sus diferencias matrimoniales’’, afirmó.
Para ella, lo mismo ha ocurrido ahora en la pandemia, donde han sido pocos los divorcios que se han tramitado. .
Más bien, lo que sí ha tenido un repunte son los casos de gente que se ha apresurado a tramitar sus escrituras de propiedades o posesiones efectivas de dominio en el caso de herederos.
La causa, evidentemente, ha sido el temor de la gente y las repentinas muertes de sus familiares a causa del virus, dijo Mantuano.

Más violencia y escrituras. Mantuano asevera que lo que sí hubo fueron más casos de violencia intrafamiliar a causa de la convivencia diaria, estos dieron paso a rupturas en las que luego hubo arreglos en las partes.
Solo en su oficina jurídica popular, que funciona en Jaramijó, Mantuano atendió entre 10 y 15 casos de violencia intrafamiliar durante el 2020. Y en lo que va del 2021 ya contabiliza un caso.
Mientras que el repunte que sí ha evidenciado es que aumentaron las posesiones efectivas de dominio o escrituras.  Según sus datos, en el 2019 no tuvo ninguna, en el 2020 solucionó nueve y en lo que va de este año ya van dos casos, apuntó.

Para la psicóloga clínica Karen Estrella, la convivencia en los meses de cuarentena afloró sin querer problemas que estaban ocultos entre la pareja.
No es lo mismo encontrarse en casa después de una jornada laboral, que vivir minuto a minuto en la misma casa, dijo.
Estrella suma a esta situación las responsabilidades subsiguientes como la escasez de comida, la falta de dinero por la crisis, las clases virtuales de los hijos, el teletrabajo, etcétera.
Ella recomienda que para evitar estas situaciones lo ideal es que tanto hombre como mujer sigan manteniendo sus espacios, pero sin dejar de compartir las actividades en familia, señaló.