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Si usted tiene tarjeta de crédito es muy probable que se convierta en víctima de robo.
Según un estudio de Nilson Report, que se dedica a estudiar  la industria de tarjetas y pagos móviles, en el 2020, las pérdidas mundiales por fraude con tarjetas llegó a los 31 mil millones de dólares.
Manta no es la excepción. Los robos a clientes de tarjetas de crédito se hacen fuera de la ciudad de residencia del propietario.
A inicios de año a Juana (nombre protegido) le robaron los datos de su tarjeta de crédito y le hicieron un consumo de 650 dólares.
Ella denunció el hecho a la Policía quien inició una investigación.
Un especialista en informática que se dedica a combatir este problema  y siguió el robo de cerca reveló la forma en que se realizó.
Todo se manejó desde  la ciudad de Quito, señala en una entrevista telefónica. Él pidió no revelar su identidad.  
Desde allá un hacker conocido como alias Dark ofrece sus servicios en la red social Telegram para comprar con los datos de tarjetas de crédito de otras personas, cobrando la mitad o menos de los que cuesta el producto. Es decir que si compra algo que cuesta 500, él solo cobra 250.
Dark trabaja en complicidad con personas que le consiguen los datos de las tarjetas de crédito.
Una de estas personas, por ejemplo, trabaja en un almacén de electrodomésticos de Santo Domingo de los Tsáchilas. Todos usan alias en el mundo del internet y el de esta persona es Tegser.
Él se encarga de robar los datos de los clientes que llegan a comprar al almacén, informó el especialista.
“Es decir que cuando usted llega a comprar algo y paga con tarjeta de crédito, esta persona puede tomarle una foto a su tarjeta o guardar los datos para después robarle”, expresó.
En el caso de Juana, Dark ofreció sus servicios y una persona en Ibarra pidió comprar un acondicionador de aire. Dark lo compró con la tarjeta de Juana. Al conocer el fraude ella reportó al banco y le hizo seguimiento al fraude hasta lograr parar la compra, indicó el especialista.
“Todo en el internet deja huellas, y si se averigua un poco más en Telegram, por ejemplo, se podría combatir a estas personas que son parte de una red”, indicó.

>Dos tipos. Marcos  Balderramo, ingeniero en sistemas, explicó que existen diferentes maneras de fraude  con  tarjetas de crédito y generalmente cambian a  cada instante.  
Sin embargo  hay dos categorías principales: los conocidos como fraudes de “tarjeta no presente” y los de “tarjeta presente”.
El primer caso se trata del tipo más común y ocurre cuando la información del titular de la cuenta de banco es robada y utilizada ilegalmente sin la presencia física de la tarjeta.
Esta estafa suele ocurrir en línea y puede ser el resultado de los llamados correos electrónicos de phishing o suplantación de identidad, enviados por estafadores que se presentan como instituciones creíbles para robar información personal o financiera a través de un enlace con un programa malicioso.
El segundo caso, ocurre cuando un vendedor pasa la tarjeta por un dispositivo que almacena su información y luego la utiliza para cargar otras compras no realizadas.

>Los bancos. Según la Asociación de Bancos Privados (Asobanca) el uso de las tarjetas de crédito se redujo 21% en 2021. La crisis ha provocado que exista menos capacidad para endeudamiento de corto plazo.
Antes de la pandemia, alrededor de 400.000 personas tenían más de tres tarjetas de crédito, pero con la actual crisis esa cifra se redujo a la mitad.
Los crecientes problemas de pago se suman a esta situación. Aunque todavía no es un problema que haga tambalear a los bancos, la cartera morosa subió de 771 millones de dólares a $825,7 millones, entre diciembre 2020 y marzo 2021, señala Asobanca.