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Un taxista no cooperado vivió momentos de angustia cuando fue secuestrado para robarle el carro. 

La víctima tomó una carrera; eran dos los ocupantes, un hombre y una mujer, los que se subieron al taxi. La carrera fue solicitada a través de una llamada.

La mujer le indicó que a través de una de sus clientas obtuvo su contacto, y por sus buenas referencias quería que le haga la carrera.

Lo raro, dice el taxista en la denuncia, es que la mujer le pidió que la recoja en la Plaza Cívica de la ciudad, y cuando llegó, la clienta estaba acompañada de un hombre.

Ellos le pidieron que los llevara hasta un centro de eventos ubicado en el sitio Los Bajos de Montecristi. La pareja entabló conversación con el taxista y parecía un flete común y corriente, dice la denuncia.

Pero fue al ingresar al sitio Los Bajos que el pasajero sacó un revólver y le exigió al conductor ingresar a una guardarraya.

En un camino veranero sin energía eléctrica, obligaron al hombre a entregar los documentos y llaves del carro.

También  una tarjeta de crédito y su clave. Cuando la pareja consiguió lo que le quería, huyó del sitio en el carro de la víctima. Antes los delincuentes ataron al hombre y lo dejaron junto a un árbol que había en la vía.

El afectado indicó que luego de eso, como pudo, logró soltarse y pidió ayuda en una vivienda del sector. Ellos llamaron a la Policía, que llegó al sitio y acercó al afectado hasta su vivienda en Manta.

El hombre presentó una denuncia por el robo de su vehículo, que hasta ayer no había sido recuperado.  La vía a Los Bajos es usada por bandas delictivas que se dedican al robo de vehículos.