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El malestar está latente, pero algunos prefieren no hablar, mientras la prostitución ‘informal’ toma fuerza en el cantón.

En las calles 9 de Octubre y Olmedo; Av. Universitaria y Alajuela; y en la Sucre entre Morales y Rocafuerte, se observa a diario mujeres ofreciendo servicios sexuales.

“Es un problema, pero mejor no digo mucho porque pueden tomar represalias”, mencionó uno de los trabajadores de un local comercial de la zona.

Piedad Vargas contó que cuando transita por la calle 9 de Octubre su nieta le pide explicación sobre las personas que, con ropa y maquillaje llamativo, paran en una de las esquinas.

“No sabía cómo decirle a una niña de 5 años que son personas que trabajan vendiendo sexo. Es algo difícil y creo que da mala imagen a la ciudad”, comentó.

Considera que aprovechan que el sector es desolado en las noches, pero que debe haber más control.

“Antonio”, en cambio, mencionó que en una oportunidad, por la luz roja del semáforo, le tocó presenciar una escena sexual bastante explícita.

“Incluso un video de eso se viralizó”, acotó, y agregó que debe haber más control.

Carmen Mendoza, comisaria de Policía de Portoviejo, mencionó que junto con la Intendencia están encargados del control de los centros de tolerancia y que el control en las calles está a cargo del municipio, aunque ellos realizan acompañamiento, sobre todo para constatar que no haya menores de edad ofreciendo servicios sexuales.

“Hemos recibido denuncias de forma informal por esta situación. Realizaremos una reunión con varias instituciones para intentar definir una estrategia para atenuar el impacto social que está existiendo por la expansión del trabajo sexual en las calles”, comentó.

Mendoza dijo que se planteará al COE cantonal la posibilidad de que los centros de tolerancia puedan volver a trabajar “para tener controlada la actividad, para la seguridad de quien requiere el servicio, y de las trabajadoras sexuales”, acotó.

Sergio García, coordinador municipal de Control Territorial, mencionó que el área de bienestar social está trabajando para mitigar esta problemática.

“Nosotros no podemos sacar de un lugar público a una persona que no está
cometiendo ninguna infracción, más si estuviera ejecutando algún tipo de negocio podríamos estar con la Policía municipal”, argumentó.

Dijo que a la semana reciben alrededor de dos o tres quejas por este tema