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La crisis económica que vive Ecuador también se traduce en más personas sin un trabajo formal, ahondando la problemática.

La última vez que Alison Delgado se desempeñó como psicóloga clínica, en un trabajo estable, fue hace más de un año.

“Créame que he estado aplicando en todos lados y no sale nada”, comenta Delgado. Sin embargo, ella no pierde la esperanza de conseguir un trabajo formal para ejercer su profesión.

Por ahora, ha visto en el emprendimiento una salida al desempleo, como lo hizo por primera vez en el 2019 al montar su negocio en el centro de Portoviejo, pero luego cerró por la pandemia de covid-19.

Actualmente, ubica una mesa en el portal de su casa, en la calle Cristo Rey y Baquerizo Moreno, en Portoviejo. Allí coloca agendas, esferográficos, pulseras y más artículos que las personas adquieren hasta para algún obsequio.

Con la ganancia que obtiene de las ventas trata de solventar los gastos de sus dos hijos, menciona Delgado, quien reconoce que la situación económica que se vive en Ecuador convierte el conseguir trabajo en una tarea imposible.

Opinión similar tiene Javier Hidalgo, quien no cuenta con empleo desde el 2022.

Él es ingeniero civil y está reuniendo dinero para cursar una maestría, con la esperanza de tener nuevas oportunidades de un empleo acorde a su profesión.

“Como yo, hay decenas de personas muy bien preparadas, sin oportunidad de trabajar y crecer. Cada vez hay menos plazas de trabajo y más inseguridad”, menciona.

Más desempleo en el país

Las historias de Delgado e Hidalgo son solo dos entre miles en el país.

Según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu), el número de personas sin empleo en el país creció de 324.904 a 347.298 en el último año.

Es decir que en Ecuador hay 22.394 nuevos desempleados. Por su parte, de 13,2 millones de ecuatorianos en edad de trabajar, solo 8’145.352 tienen empleo.

De esa cifra, menos de tres millones de personas tienen un trabajo pleno (2’978.366), que se refiere a la actividad que es remunerada con salarios iguales o superiores al salario básico y que comprende 40 o más horas a la semana.

La crisis económica

Para el economista Rodolfo Farfán Macías, el aumento del desempleo es producto de la crisis económica que se vive en el país y la falta de inversión privada.

“El máximo empleador del país es la empresa privada y es precisamente esta la que se ha visto golpeada por los últimos gobiernos de turno, dado que sus costos productivos se han incrementado, ya sea por el incremento de las materias primas o de los impuestos”, precisa.

Añade que la violencia también aleja a los inversionistas y por ende frena la creación de nuevas plazas de empleo.

“Los altos índices de inseguridad en los que hoy se debate el país, signado por el tráfico de drogas, los cárteles, los grupos de delincuencia organizada, las vacunas, el sicariato, todo eso hace que no existan ganas de invertir, pues mucha gente prefiere sacar su capital e irse a otro lado donde las condiciones sean más favorables y se termina agravando la crisis”, explica.

Para el economista Luis David Macías, el sector laboral se ha visto gravemente golpeado durante los últimos cuatro años, iniciando por la pandemia de covid.

“En el 2020 vivimos un confinamiento total, que mermó la economía de la empresa privada y se tradujo en despidos. No conforme con eso, la delincuencia obligó a la imposición de toques de queda, que golpeó aún más a los negocios. Estamos hablando de una economía que no se termina de recuperar”, dice.