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La falta de lluvias y pastizales, están golpeando de manera grave al sector ganadero a nivel nacional, informaron las autoridades.

El Ministerio de Agricultura contabilizó que un total de 16.642 cabezas de ganado se han visto afectadas por la falta de lluvias.

Dichas reses pertenecen  a un total de 3.821 productores a nivel nacional, especialmente en las provincias de la Sierra.

Según el ministerio, el problema se concentra en Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo.

También se presentan problemas en las zonas altas de Santo Domingo y también en la provincia de Napo.

Por ejemplo, en el sector de La Tola, en el valle de Los Chillos, cerca de Quito, los pastizales no crecen.

La falta de lluvias ha afectado a este sector de Quito desde hace 75 días. A eso se suma el sol intenso de todos los días.

En la Sierra, los productores se dedican principalmente a la crianza de vacas jersey y holstein para la producción de leche y quesos.

En el país, a diario, se recogen 3,8 millones de litros de leche, pero desde hace tres semanas se redujo a la mitad (50 %), según el Ministerio de Agricultura.

Debido a esta situación los ganaderos prefieren vender o faenar las reses para garantizar comida a las que quedan.

Los animales mueren por la falta de lluvias

“Vendí cinco para que las otras puedan comer”, dijo Francis Abad, coordinador Pre Federación de Pequeños y Medianos Ganaderos.

Existen vacas extremadamente delgadas que no alcanzan a ingerir 70 libras de césped y 90 litros de agua que requieren cada día.

Este consumo aumenta con el calor. Por eso, en otra zona de Pichincha, en Tambillo, los agricultores refrescan el ganado con mangueras.

Debido a la falta de lluvias y el sol intenso, la paja no está creciendo en las fincas y haciendas.

El Ministerio de Agricultura reporta por la sequía que diez animales han muerto en el país por falta de comida o agua.

Para enfrentar esta crisis se han entregado, desde julio, doce toneladas de comida a tres de las provincias más afectadas y suplementos alimenticios.

Los agricultores consideran que es insuficiente y piden que el sector sea declarado en emergencia por la falta de lluvias.