Las condiciones de los centros carcelarios de Ecuador, como la cárcel de Jipijapa, no han mejorado tras un año de su militarización.
Esto se evidencia en los altos niveles de hacinamiento que hay en la mayorías de las 35 cárceles del país, según un informe del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI).
El informe detalla que hasta 2024 había el registro de 33.623 PPL (Personas Privadas de Libertad), pese a que los centros tienen capacidad para 27.714.
Esto se traduce en un hacinamiento del 21,32% a nivel nacional, siendo la cárcel de Jipijapa la más afectada.
¿Cuántos reos hay en la cárcel de Jipijapa?
Según el documento del SNAI, 12 reclusorios aún cuentan con espacio disponible, aunque es limitado. Mientras que en 23 prisiones existe una sobrepoblación que varía desde el 7,81% hasta un alarmante 145,50% (ver gráfico).
Esa cifra mayor corresponde al Centro de Privación de Libertad (CPL) Guayas N°5, que alberga a 1.338 reos, aunque sólo tiene capacidad para 545.
Dicho centro es parte del mayor complejo carcelario del país, ubicado en Guayaquil y que también comprende el CPL Guayas N°1, conocido como Penitenciaría del Litoral; CPL Guayas N°2, o cárcel de Mujeres; CPL Guayas N°3, conocido como ‘La Roca’; y el CPL Guayas N° 4, conocido como la Regional.
En lo que respecta a Manabí, el Centro de Rehabilitación Social de Jipijapa (Manabí N°2) es la quinta cárcel con mayor hacinamiento a nivel nacional.
De acuerdo a las cifras del SNAI, dicha cárcel debería recibir hasta 140 personas, pero cuenta con 264. Su hacinamiento es del 88,57%. Mientras que la cárcel El Rodeo (Manabí N°4) de Portoviejo tiene 22 reos de más, llegando a una sobrepoblación del 1,12%.
En medio de esta situación, el informe preliminar del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), con base en los datos recabados durante 2024, confirma que “las personas privadas de libertad en Ecuador permanecen en condiciones degradantes: celdas insalubres, hacinamiento extremo, falta de acceso a agua potable y ausencia de utensilios básicos de higiene”, lo que “constituye tratos crueles e inhumanos que violan tanto la Constitución ecuatoriana como estándares internacionales”.
Violencia y poca probabilidad de rehabilitación
Estas cifras de hacinamiento en las cárceles ecuatorianas se traducen a un riesgo mayor de enfermedades, violencia, vulnerabilidad de derechos y pocas condiciones para llevar a cabo un buen programa de rehabilitación y reinserción en la sociedad.
Así lo detalla el abogado Yandri Aguayo Mendoza, experto en seguridad y exdirector nacional de penas no privativas del SNAI. Él añade que el hacinamiento ha llevado a que personas que han incurrido en delitos menores, como contravenciones de tránsito, deban convivir con delincuentes culpables de sicariato, tráfico de drogas y más.
“Existe una gran cantidad de personas privadas de libertad que no tienen una sentencia en firme, que están siendo procesadas y no son sentenciadas. Ahí existe una falla por parte del Poder Judicial, que no evacua rápido las causas y no define su situación jurídica, contribuyendo al hacinamiento”, menciona.
Agrega que “hoy el sistema carcelario como tal no hace diferencia entre centros, que para mi concepto es lo más importante. Deberían haber centros donde se cumplan penas de delitos menores o delitos que no causan conmoción”.
Aguayo Mendoza reitera que “el hacinamiento afecta mucho la rehabilitación social, porque el SNAI cuenta con una estructura de empleados para desarrollar estos procesos que pueden verse superados por la sobrepoblación de reos”.
En este punto, el informe del CDH añade que “la sobrepoblación es una de las principales violaciones a los derechos humanos en el contexto penitenciario”.