El embargo y las sanciones de Estados Unidos a Cuba son un fracaso, como lo es la condena anual de la ONU a esta medida desde 1992.
Firmado hace más de 62 años, el embargo pretendía aislar al régimen naciente de Fidel Castro y llevarlo a la derrota. Un objetivo que nunca se logró.
Con el tiempo, el embargo a Cuba se ha endurecido, aunque también tuvo periodos de relajación que resultaron igualmente ineficaces.
El resultado principal de esta medida ha sido incrementar la pobreza de la población cubana, que sufre además la escasez de medicinas y alimentos básicos.
Mientras tanto, los gobernantes autoritarios permanecen en el poder y utilizan el embargo como excusa para justificar sus fracasos políticos, sociales y económicos.
Hace pocos días, la ONU volvió a votar en contra del embargo a Cuba. Una condena reiterada, pero ineficaz, aunque respalda posiciones de la OMS, Unicef y otras agencias.
La comunidad internacional debería revisar el impacto real de sus pronunciamientos, y Estados Unidos, la efectividad de su medida.
Lo fundamental es que Cuba tenga libertad y democracia. Tal vez sea momento de explorar nuevas opciones que permitan resultados distintos.
Editorial de El Diario: Publicado el 3 de noviembre del 2024 en nuestra edición impresa.