Los moradores del barrio Virgen del Cisne, del cantón La Concordia, vivieron una mañana agitada ayer, después de que en ese lugar se produjera un secuestro.
Eran aproximadamente las 07h00. Betsy C. y su hija, de 16 años, habían salido de la casa y estaban subiendo al carro para que la menor se fuera a clases.
En ese momento, por la parte trasera, se acercó un auto de color plomo con varios ocupantes.
Dos de ellos bajaron armados y le robaron el celular a la adolescente, y secuestraron a su mamá.
A Betsy C. la obligaron, bajo amenazas de muerte, a subir al carro donde venían los sujetos.
Después de eso no se supo nada más de ella. Su hija, después de que los malhechores le arrancharon el celular, logró salir corriendo y entrar nuevamente a la casa.
Todo el secuestro quedó captado por cámaras de seguridad que están instaladas en ese lugar.
Los minutos se hicieron eternos. Mientras el tiempo pasaba, los familiares de Betsy C. estaban desesperados.
Luego de un rato comenzaron a recibir llamadas de los presuntos captores de la mujer.
A través del teléfono les pedían la suma de 20 mil dólares en efectivo para liberarla con vida.
Sin embargo, la familia ya había dado aviso a la Policía Nacional de lo sucedido.
Los uniformados tenían rastreada la señal del celular de la hija de Betsy C. y, gracias a eso, dieron con una ubicación donde al parecer la tenían secuestrada.
Un contingente de policías llegó al lugar conocido como Las Palmas, perteneciente al recinto La Independencia, de Quinindé.
El GPS llevó a los uniformados hasta una propiedad abandonada, donde no había condiciones de habitabilidad.
Era una casa sin muebles, con un colchón en el piso, y todo estaba sucio.
Ahí hallaron a Betsy C., sana y salva. Acto seguido la llevaron hasta su casa, en La Concordia.
Los sujetos que la habían secuestrado lograron escapar con rumbo desconocido.
Según las estadísticas de la Policía Nacional, en Santo Domingo de los Tsáchilas se reportan al menos cinco secuestros por día.
La gran mayoría de este delito se comete en carreteras, y los delincuentes piden rescates de altas sumas de dinero a sus víctimas.