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Representantes de organizaciones indígenas y ecologistas se concentraron este martes a las puertas del Encuentro Anual de Energía y Petróleo (Enaep) en Quito, para expresar su rechazo al extractivismo y condenar la actuación del Gobierno tras el último vertido de crudo ocurrido el viernes en la Amazonía.

“Los pueblos indígenas y nuestros territorios están siendo sacrificados”, reclamó la líder amazónica Nemo Andy al denunciar que el reciente derrame de crudo afecta a unas 60.000 personas.

En la protesta estuvo el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, que se quejó de la falta de garantías jurídicas y sociales que afrontan las comunidades locales ante la pretensión del Ejecutivo de expandir las fronteras de la extracción minera y petrolera.

El dirigente indígena se refirió a la propuesta del Gobierno ecuatoriano de duplicar la producción petrolera y pidió al mandatario, Guillermo Lasso, “que cumpla la palabra que fue llevando a la COP26, donde pidió a todo el mundo el esfuerzo por conservar el medioambiente”.

En los mismos términos se expresó el coordinador general de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), quien recordó el reciente desastre ambiental ocurrido en Perú y los registrados en el territorio ecuatoriano para pedir unidad a nivel regional a la hora de hacer frente a las prácticas extractivas.

“Ha pasado más de medio siglo de invasiones, de negociaciones y sobre todo de la venta de nuestros territorios como si fueran territorios donde no hay vida, donde no hay pueblos, donde no hay biodiversidad, donde no hay naturaleza”, defendió.

Algunos de los asistentes a la concentración portaban pancartas que rezaban “No nos traen desarrollo”, “alarma en el pulmón del mundo” y “derrames que no han cesado en décadas”.

Integrantes de la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos valoraron que las consecuencias del último vertido ya se dejan sentir en la cuenca del río Coca, principal vía fluvial de la Amazonía ecuatoriana, y la afectación podría equipararse a la ocurrida en abril de 2020, que se extendió a más de un centenar de comunidades, en su mayoría indígenas.

El Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica de Ecuador informó el lunes que el vertido de crudo del viernes por la rotura de la tubería de un oleoducto en la provincia de Napo ha provocado una afectación de 2,1 hectáreas, principalmente en una zona protegida.

La región amazónica ecuatoriana viene experimentando en los últimos dos años episodios de vertidos provocados por la rotura de tuberías de los oleoductos que trasladan el combustible hasta otras regiones del país causando importantes afectaciones, según las denuncias de los damnificados, buena parte de ellos, miembros de comunidades indígenas.

El pasado 8 de diciembre, 3 oleoductos resultaron dañados y paralizaron el bombeo de crudo en la zona debido al fenómeno geológico conocido como erosión regresiva en la cuenca del río Coca.

Previamente, en 2020, un deslizamiento a la altura de la desaparecida cascada San Rafael en la misma región, provocó un derrame que afectó a unas 27.000 personas.

“Le exigimos a la Corte Constitucional que genere los estándares adecuados de reparación” y que no ocurran nuevamente casos como los derrames vividos en esa región, reclamó la abogada Silvia Bonilla en representación de la Alianza de ambientalistas, indígenas y grupos sociales. EFE