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Jeaneth Mendoza, madre de Diego Moncayo, un estudiante ecuatoriano que por huir de Kiev terminó en la frontera con Rusia, pidió este jueves a los compatriotas que lograron escapar de la guerra, que apoyen la salida del resto de connacionales de Ucrania.

En un mensaje grabado para los padres de los 350 ecuatorianos que se prevé que lleguen este viernes a Ecuador tras salir de Ucrania, Mendoza dijo conocer “historias de jóvenes que están atrapados, no es solo Diego”.

“Hagamos fuerza, jóvenes. Ustedes que vivieron una batalla que no les pertenece, como la de mi hijo y de muchos más que están ahí encerrados, pongamos fe. Ayuden a empujar, ayudemos a empujar”, dijo Mendoza.

“Ustedes lograron salir, pero ahora ayudemos a empujar a los que se quedan en circunstancias muy duras porque no tienen una salida pronta, no tenemos un horizonte definido, solo la fe y a fuerza que estamos poniendo”, añadió.

En el audio al que Efe tuvo acceso, Mendoza expresó su alegría por los padres que pronto podrán abrazar a sus hijos: “Siéntanse bendecidos. Ustedes ya están en el último paso, les felicito de todo corazón. Estoy emocionada por ese montón de jóvenes que están por llegar a nuestro país”.

El mensaje de la madre de Moncayo circuló mientras la Cancillería informaba que el avión que traerá mañana a 350 ecuatorianos que lograron salir de Ucrania despegó este jueves de Madrid para llegar a Budapest y luego avanzar hasta Varsovia con destino final Quito.

CAMINO EQUIVOCADO

Mendoza logró hablar con Diego el mismo día del estallido del conflicto. Esa noche, amigos ucranianos habían llamado a Diego para advertirle que saliera de inmediato hasta la zona del metro, donde le esperaban para tomar una decisión, porque la situación “se va a poner fea”, relató la madre.

“Tenemos que salir de aquí”, se dijeron, y fueron a comprar billetes de un tren que partiría a las nueve de la noche del mismo día, pero que se había retrasado, mientras corrían los rumores sobre el inminente bombardeo.

Según Mendoza, su hijo y compañeros no sabían qué pasaba con el tren y luego se percataron que estaban en Sumy, muy cerca de “la zona de conflicto”, con una oscuridad inmisericorde y en medio de un toque de queda.

“Está todo oscuro y no se ve nada”, había dicho Diego mientras hablaba con su madre que le sugirió buscar una escuela o una universidad donde obtener refugio.

“Se fueron a una escuela, donde durmieron, y me dijo que ahí habían 250 personas”. Al alba salieron a la carretera para hacer autostop, pero ningún conductor les ayudó.

Regresaron a la escuela y luego, el cuarteto de jóvenes se embarcó como pudo en un vehículo de abastecimiento de comida para las tropas ucranianas, hasta que lograron llegar a un sitio entre Sumy y Kiev.

Mendoza relató este jueves a Efe que habla todos los días con su hijo, quien está “relativamente bien” en Shostka, a unos 160 kilómetros de la primera ciudad rusa en la frontera.

La madre de Diego reveló que el miércoles le indicaron desde la Cancillería que “están esperando la orden de un vehículo para que lo saquen y que están en conversación con otros países”.

“EL RESTO YA VENDRÁ”

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, más de 700 ecuatorianos han logrado escapar ya de Ucrania y Mendoza mantiene intactas las esperanzas de que todos los ecuatorianos puedan salir.

“El resto ya vendrá, están vivos. Nosotros todavía seguimos en una batalla que no sabemos hasta cuándo tenemos que soportar y vamos a seguir. Mi hijo está fuerte”, apuntó al mostrarse confiada de que pronto festejarán juntos la salida de todos los ecuatorianos de la zona de conflicto.

Y reiteró su admiración por quienes fueron sorprendidos por la situación: “Me saco el sombrero por jóvenes tan valientes que les tocó vivir una guerra que no les pertenecía”. EFE