Pablo Ortiz viajó desde el cantón Puebloviejo hasta Urdaneta, de la provincia de Los Ríos, para llevarse a casa el cuerpo de quien pensaba era su hijo.
Contó que ayer, martes 2 de julio, a un hombre lo asesinaron dentro de un cementerio en la parroquia Ricaurte (Urdaneta), y pensó que se trataba de su hijo Freddy Ortiz.
Debido a ello, acudió hasta el lugar donde se registró el hecho y en medio del dolor y angustia reconoció al fallecido como su hijo.
Tras realizar los trámites correspondientes, pudo llevar el cuerpo hasta su vivienda en ubicada en el sector 25 de Mayo, del cantón Puebloviejo.
Sin embargo, en medio del velorio, ocurrió algo insólito.
“A mí me dolió mucho la noticia, para mí era mi hijo, era la misma cara, son idénticos, por eso me llevé el muerto a la casa. Estando allá es que mi otro hijo me dijo que revise el cuerpo y ahí nos dimos cuenta de que no tenía el tatuaje”, comentó Pablo.
El hombre contó que debido al dolor por lo ocurrido, no se percató del tatuaje y llevó el cuerpo ajeno para que le realicen la autopsia.
Su hijo apareció vivo
Además contrató los servicios funerarios confiado en que el occiso era su hijo.
Sus vecinos también le indicaron que el cuerpo que estaba en el ataúd no era el de Freddy Ortiz ya que aseguraron haberlo visto ese mismo día en horas de la tarde.
Mientras el ataúd con el cadáver ajeno estaba al interior de la casa de Pablo, esperando que se realice el arreglo del cortejo fúnebre, a las 23h00 de ayer Freddy Ortiz , quien llevaba días desaparecido, llegó al inmueble.
Pablo contó que su hijo tiene problemas de adicciones y por ello suele desaparecer por semanas e incluso hasta por meses.
Tras dar aviso a las autoridades de Los Ríos, el cuerpo fue trasladado hasta la morgue a espera de que sus familiares lo retiren.