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Expertos de la Fundación Charles Darwin (FCD) documentaron doce parejas reproductoras de pinzón de manglar, el ave más críticamente amenazada del archipiélago ecuatoriano de Galápagos.

En un comunicado, la fundación informó que después de nueve semanas acampando en el noroeste de la Isla Isabela, el equipo de investigación del “Proyecto Pinzón de Manglar” regresó a Puerto Ayora, tras cumplir las actividades planificadas anualmente para promover la conservación del pinzón de manglar.

Esta ave ocupa un área de solamente 30 hectáreas de ecosistemas de manglar y tiene como principal amenaza a la mosca vampiro aviar “Philornis downsi”, una especie introducida, cuyas larvas se alimentan de la sangre de polluelos del pinzón, causando la muerte a la mayoría de sus crías.

Desde 2007, el Proyecto Pinzón de Manglar, una iniciativa de la FCD y la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), ha llevado a cabo intensos esfuerzos de conservación de esta especie tan amenazada, incluyendo, entre otros, el control de la rata introducida, que anteriormente afectaba a un gran número de nidos.

PROTECCIÓN DE POLLUELOS

Este año, el equipo de investigación que trabajó en el campo se enfocó en la protección de los polluelos del pinzón en su hábitat natural, esforzándose por intervenir activamente en el impacto de moscas y larvas en el nido, para asegurar que el máximo número de polluelos puedan volar exitosamente.

Durante toda la temporada, encontraron 25 nidos, en 15 de los cuales se colocaron inyecciones de insecticida en la base para disminuir el impacto de las larvas de la mosca vampiro aviar en la nidada.

Además, para disminuir el riesgo de depredación de los huevos, controlaron la población de las ratas poniendo veneno en los 214 cebadores.

“En esta temporada de campo 2022 documentamos doce parejas reproductoras del pinzón de manglar y vimos la salida exitosa de cuatro polluelos de dos nidos”, dijo Ibeth Alarcón, investigadora junior del proyecto.

Por su lado, Francesca Cunninghame, líder del proyecto, indicó que “es positivo confirmar que dos individuos que salieron de nidos tratados en 2018 y 2019 estaban anidando en 2022, demostrando que esta técnica puede aumentar la población, actualmente tan restringida, en la que cada ave es muy valiosa”.

DESAFÍO DE PROTECCIÓN

Dadas las características de los árboles de mangle en donde se localizan los nidos del pinzón de manglar, existe un desafío para protegerlos, pues están ubicados hasta a 20 metros de altura, y en las puntas de ramas delgadas.

Por ello, se repitieron ensayos utilizando dispensadores de material de construcción de nidos previamente fumigado (plumas, algodón, sisal, fibra de coco), a fin de probar si el uso de estos elementos puede servir como una alternativa viable para bajar el impacto de parasitismo por larvas de esta mosca en los polluelos.

“Lamentablemente, los pinzones de manglar no tuvieron interés en usar el material ofrecido en los dispensadores, por lo que la técnica no parece viable para esta especie”, señala la FCD.

La Fundación añadió que, aunque la conservación del pinzón de manglar es un reto, en 2022 se observaron tres machos adultos de edad avanzada anidando, todos en parejas.

Esto demuestra que, mientras la población sigue siendo vulnerable, la larga esperanza de vida de individuos combinado con la alta supervivencia anual de adultos puede permitir la presencia de parejas reproductivas en años futuros.

El archipiélago de Galápagos, declarado en 1978 como patrimonio natural de la humanidad por la Unesco, está situado a unos 1.000 kilómetros de las costas continentales de Ecuador, y gracias a su rica biodiversidad es considerado un laboratorio natural, que permitió al científico Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies. EFE