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A través de una cadena nacional, el presidente Guillermo Lasso se refirió a la decisión de la Corte Constitucional sobre el juicio político. Explicó tres aspectos sobre el fallo:

El primero fue su inocencia. “Rechazo este juicio político que huele muy mal”, dijo el presidente. Como segundo punto destacó ser un demócrata. Por ello, aseguró que respeta la decisión de la Corte, aunque no la comparte. “Soy humano”, dijo finalmente.

La Corte Constitucional desechó la acusación de concusión por falta de pruebas. No obstante, dio paso al juicio por presunto peculado. El Primer Mandatario lamentó las presiones y amenazas que la Corte Constitucional recibió de determinados sectores de la política.

“Peculado es cuando alguien usa y abusa de fondos públicos para beneficio propio”, explicó el Presidente. Y detalló que tampoco hay prueba de este delito.

“Me acusan por un contrato de Flopec de 2018. No me pueden atribuir algo que no hice porque no era presidente en esa fecha. Además, ese contrato solo tiene recomendaciones técnicas de Contraloría, no indicios de responsabilidad penal”, explicó.

Añadió que el juicio político tiene tres maneras de verse: jurídica, política y personal. El jurídico sería el más débil de los tres. Los asambleístas interpelantes han hecho caso omiso de la Constitución y le acusaron de presumible concusión por omisión y presumible peculado.

“Me da la impresión que algunos asambleístas se han inventado un juicio político porque buscan el poder de manera desesperada”, dijo. Destacó que su defensa es la defensa de la estabilidad y los derechos de los ecuatorianos.

“En Ecuador vivimos un Estado de Derecho. En Ecuador impera la Constitución, pero las mafias se han sumado a la política para recuperar las prebendas ilegales que les quitamos”, dijo.

El Jefe de Estado explicó que en democracia los ciclos políticos deben cumplirse. “El juicio político pretende evaluar mi gestión con base en pruebas obtenidas de forma fraudulenta”, añadió.

Juicio político

El proceso de juicio político contra Lasso fue activado por la oposición en el momento más complicado para el mandatario, tras el serio revés recibido en la cita electoral del 5 de febrero, donde perdió el referéndum convocado para reformar la Constitución y, al mismo tiempo, el correísmo fue el gran ganador de las elecciones locales.

La oposición, encabezada por el correísmo, domina con mayoría la Asamblea Nacional, donde el oficialismo apenas cuenta con un grupo parlamentario minoritario entre los 137 asambleístas.

Ahora se espera que el proceso llegue a la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, que deberá elaborar un informe para el pleno, donde se necesitan 92 votos para censurar al jefe de Estado, un número que la oposición asegura tener.

En junio de 2022, Lasso ya salvó una situación similar por pocos votos, cuando en medio de las protestas lideradas por el movimiento indígena contra la política económica de su Gobierno y la carestía de la vida, la oposición planteó una moción de destitución presidencial que no prosperó.