Por cerca de dos semanas, la Mitad del Mundo estuvo desolada y sin turistas a causa de las protestas que paralizaron gran parte de Ecuador, pero terminadas las movilizaciones, los visitantes han vuelto a dar vida a este icónico lugar, igual que a otros atractivos turísticos de Quito.
El monumento, uno de los más visitados de Ecuador, edificado sobre una línea que divide simbólicamente a los dos hemisferios del planeta, es de nuevo la estrella de las “selfies” y de las “stories” para redes sociales de turistas de todas partes, tras haber vivido muy de cerca las movilizaciones por la carestía de la vida.
A pocos metros del recinto todavía se aprecian las huellas del bloqueo efectuado por manifestantes durante más de diez días para cortar uno de los accesos del norte a Quito, algo de lo que parecen no percatarse los visitantes, que disfrutan del soleado día entre música y bailes folclóricos de la zona andina de Ecuador.
Entre ellos está Jacqueline Fuentes, una ecuatoriana residente en Miami (Estados Unidos) que llegó con su familia hace tres semanas, justo cuando comenzó la movilización liderada por el movimiento indígena y campesino, que se prolongó durante 18 largos y tensos días.
“Hoy es el primer día que salimos, y me voy en la noche”, lamentó a Efe Fuentes, quien ha visto frustrados sus planes de recorrer el país con su familia, pues tenía intención de visitar las playas de la provincia de Esmeraldas, como Muisne y Atacames, pero resultó imposible por los numerosos bloqueos de carreteras.
MUCHAS RESERVAS CANCELADAS
El turismo ha sido uno de los sectores más afectados de la economía ecuatoriana por el “paro nacional” que convocaron las organizaciones de indígenas y campesinos, con unas pérdidas aproximadas hasta ahora de 70 millones de dólares, según las estimaciones del Gobierno.
Incluso Estados Unidos emitió una advertencia a sus ciudadanos para no viajar a Ecuador debido a los episodios de violencia en algunas manifestaciones, que contribuyó a que se cancelaran alrededor del 80 % de las reservas turísticas.
Dentro de ese 20 % que se arriesgó a no cancelar sus viajes están Carlos Álvaro y Lola Pinilla, parte de un grupo de jóvenes turistas españoles que llegó a Ecuador el pasado jueves, justo el día en que el Gobierno y el movimiento indígena firmaron un acuerdo que puso fin a las protestas y que permitió al país recuperar la normalidad.
No obstante, reconocen que hasta última hora dudaron si acortar su estancia en Quito y pasar directamente a las Islas Galápagos, su siguiente destino en su ruta por Ecuador, pues su hotel está a escasos metros del epicentro de los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
“Temíamos que nos íbamos a tener que quedar en el hotel sin poder salir, pero al final hemos podido hacer turismo de lo más normal”, cuenta Álvaro, antes de balancearse en un columpio a 4.000 metros de altitud en la ruta a la cumbre del volcán Rucu Pichincha, desde donde se divisa toda la capital ecuatoriana.
SIN BARRERAS EN EL CENTRO
También ha vuelto a recibir visitantes la Virgen de El Panecillo, la gigantesca estatua de aluminio que ha contemplado en soledad el fragor de las manifestaciones que sacudieron al centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Desde su privilegiada ubicación, en lo alto de la redondeada colina que resguarda al casco antiguo de la ciudad, se tiene una visión panorámica de los principales escenarios que tuvo el conflicto en la capital, como la Plaza de Santo Domingo, la Casa de la Cultura y su aledaño Parque de El Arbolito.
Allí abajo, la Plaza Grande, donde se encuentra el palacio presidencial de Carondelet, sede del Gobierno, vuelve a lucir rebosante de vitalidad, después de muchos días desierta y rodeada de varios anillos de seguridad para impedir que los manifestantes pudieran llegar a ella.
“Intentamos llegar varias veces al centro pero todo estaba bloqueado”, explican a Efe Nancy Arias y Karim Faraz, un matrimonio de Honduras que llegó el martes y, tras cesar las protestas, han podido recorrer finalmente la zona y contemplar los edificios del corazón histórico de Quito.
También es el primer día que sale a hacer turismo Willy Sánchez, un mexicano que también está alojado en el centro y que vio con satisfacción cómo se plasmó en las calles el “Acta por la paz” con la que se levantaron las protestas.
“Cuando llegamos estaban las vallas y la comunidad indígena. Nos tocó luego ver cómo las retiraban y se volvía a la normalidad. Vimos el antes y después y qué bueno es el después de un país con paz”, concluyó Sánchez. EFE