Ecuador solicitó a sus vecinos Perú y Colombia cooperación para hacer frente al tráfico de armas, fenómeno creciente en el país andino, según explicó este lunes la ministra de Gobierno, Alexandra Vela.
En una comparecencia en la sede presidencial de Carondelet, en Quito, la ministra explicó que junto con el Ministerio de Defensa se está recopilando información sobre las armas que circulan legalmente en el país, así como de las más de 7 mil retenidas por las fuerzas de seguridad, para conformar una base de datos que permita localizar e identificar las de procedencia o circulación ilegal.
“Estamos solicitando cooperación a Perú y Colombia para que este tipo de intervenciones se realice de manera coordinada y nos ayuden a impedir que ese tipo de armas pueda circular”, aseguró Vela.
Según la titular del Ministerio de Gobierno, todas las armas van a estar dentro de un sistema de control específico, “que permita seguir la trazabilidad del arma en cualquier parte del Ecuador”.
El mecanismo facilitará a las autoridades establecer si un arma determinada ha sido utilizada en algún acto delictivo.
Vela reconoció que existen “evidencias de la existencia de tráfico de armas, fundamentalmente en la frontera sur” con Perú y como consecuencia de ello la Cartera que dirige junto con las Fuerzas Armadas y la Policía llevan a cabo acciones para poder localizar “las líneas de paso de las armas a través del territorio nacional”.
Estos operativos han permitido la incautación de armas y munición y llevado a los investigadores a poder determinar su procedencia y fabricación, para que luego las diligencias pertinentes permitan conectarlas con las organizaciones criminales que las emplean, explicó la ministra.
En Ecuador la incautación de armas y municiones se ha venido incrementando en el último lustro, de acuerdo a datos del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional recogidos por medios locales.
Las autoridades policiales atribuyen el fenómeno a la infiltración de organizaciones delictivas transnacionales y al influjo de bandas locales vinculadas al narcotráfico que cada vez buscan armamento más sofisticado como rifles de asalto.