En la década de 1860 del siglo XIX Ecuador comenzó a vivir una transformación que nació desde lo intelectual y lo radical. El liberalismo en el país tenía dos tendencias en esa época, pero ambos buscaban ser gobierno.
La historia señala que había un liberalismo teórico que buscaba llegar al poder por la vía legal, impulsado por los sectores intelectuales integrado por Juan Benigno Vela, Abelardo Moncayo, Juan Montalvo, Roberto Andrade, José Peralta, entre otros.
La otra corriente era muy radical y la liderada el manabita Eloy Alfaro, además Nicolás Infante, Luis Vargas Torres, Carlos Concha, Crispín Cerezo, cuyo accionar giró en torno a las luchas montoneras desde que Alfaro se levantó en armas contra García Moreno en 1864.
Al final, en 1895 las dos tendencias se unirían para dar nacimiento a la Revolución Alfarista.
Alfaro fue el líder de las montoneras, grupos rebeldes que se movilizaron durante 31 años, hasta alcanzar el triunfo de la Revolución en Chone, el 5 de mayo, y luego, en Guayaquil el 5 de junio de 1895.
Los postulados liberales por la libertad del pueblo ecuatoriano constituyeron una forma de vida, igualdad de derechos entre las personas, libertad de pensamiento y expresión, educación para la mujer y acceso a la función pública, reconocimiento de derechos constitucionales a los sectores populares.
En 1912 con el crimen de Alfaro se pone fin del llamado liberalismo radical machetero o montonero.
En 1925 hay un golpe militar que derroca al gobierno liberal de Gonzalo Córdova. En 1944 es derrocado Carlos Arroyo del Río y se acabó el poder para el Partido Liberal, él fue el último presidente de ese movimiento.
Hace 13 años el Partido Liberal fue eliminado de los registro del Consejo Nacional Electoral.