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El excandidato presidencial Yaku Pérez ha pedido una investigación fiscal con respaldo internacional sobre la tributación del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, porque considera que el país “merece conocer la verdad histórica de los hechos” constatados en los papeles de Pandora y pone de ejemplo el caso de Chile.

Lasso, quien asumió el cargo en mayo pasado, es uno de los mandatarios en activo que figura en los papeles de Pandora, y aunque ha reconocido que en 2017 se deshizo de sus bienes en paraísos fiscales, para su otrora contrincante electoral no es suficiente, según manifestó en una entrevista a Efe.

“En Chile por un caso similar la fiscal de oficio ya inició la investigación contra el presidente (Sebastián) Piñera”, afirmó el que fuera candidato por el movimiento plurinacional Pachakutik, al expresar su preocupación porque la Fiscalía ecuatoriana aún no mueve ficha.

El pasado 6 de octubre presentó una denuncia penal ante la Fiscalía General del Estado en la que solicitaba que el Servicio de Rentas Internas (SRI) investigue los movimientos financieros de Lasso desde 2013, cuando fue candidato a la Presidencia por primera vez, y no desde 2017 cuando entró en vigor una ley que prohíbe a los candidatos y funcionarios tener propiedades en paraísos fiscales.

El escrito exigía también la intervención de la Superintendencia de Bancos, y la de Compañías, de Asociación Mundial de Aduanas, Transparencia Internacional y la Convención de la ONU contra la Corrupción, además de pedir el desglose de toda información sobre Ecuador al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

“Queremos saber si al transferir esos millones de dólares, dónde se encuentran ahora. ¿Siguen en el país, en paraísos fiscales o ya retornó al Ecuador?”, se preguntó Pérez, candidato sorpresa en los pasados comicios que durante varias semanas disputó el segundo puesto del balotaje a Lasso, al considerar que se había producido fraude en la primera vuelta en febrero.

Finalmente, las autoridades electorales le dieron el pase a Lasso frente al ganador de la primera vuelta, Andrés Arauz, representante del correísmo (por el expresidente Rafael Correa), a quien acabó derrotando en abril.

Desde que estalló el escándalo, Lasso ha confirmado que llegó a tener propiedades en el extranjero pero que se deshizo de ellas cuando la ley fue enmendada y asegura que no cuenta con empresas “off shore” y ha cuestionado la información filtrada en los papeles de Pandora.

Doctor en Jurisprudencia, Pérez exige saber si, como ha asegurado el propio presidente, “constituyó un fideicomiso a nombre de su esposa para que reciba después de su muerte 20.000 dólares mensuales, y a sus hijos y hermano, ¿cuánto pagó al Estado (por ese concepto)?”.

Y aludió a prácticas ilegales en las que el mandatario podría haber incurrido como testaferrismo, fraude, evasión fiscal o enriquecimiento ilícito, este último delito imprescriptible en el país.

LA CONSPIRACIÓN

En una entrevista esta semana Lasso habló de una “conspiración” encabezada por el expresidente Correa, el líder socialcristiano Jaime Nebot, y el dirigente indígena, Leonidas Iza: “Los tres interesados en dar un golpe institucional a la democracia en Ecuador”.

Al respecto, Pérez opinó que “si realmente tiene pruebas de conspiración, él debería así como lo hice yo, ir a la Fiscalía y presentar una denuncia penal”.

El mandatario, empresario y exbanquero, dio detalles sobre sus cuantiosas tributaciones y las exiguas de sus oponentes políticos, que son de conocimiento público y entre los que habló del propio Pérez.

“Hay una diferencia abismal entre el señor Lasso y Yaku Pérez, su vocación es amasar fortuna y pagar impuestos no es ningún mérito, es una obligación”, defendió el excandidato presidencial antes de asegurar que en el 80 % de los ecuatorianos no hacen declaración, “porque no pasamos de la base imponible”.

RECHAZO A UN NUEVO OCTUBRE

Curtido en dos décadas de activismo ecologista antiminero y exprefecto de la provincia de Azuay, Pérez rechazó el mar de fondo que amenaza con una nueva protesta social como la de hace dos años, canalizada por el liderazgo indígena y que dejó un balance de al menos seis muertos, unos 1.500 heridos.

“Yo no estoy de acuerdo con que se repita la tragedia de octubre, no quiero que se apague una sola vida de un hermano indígena, no quiero que secuestren a periodistas ni quemen las instituciones”, dijo.

Pero al mismo tiempo consideró que “el mejor caldo de cultivo para un nuevo octubre sería la falta de sensibilidad del presidente Lasso”, a quien pidió que “abra la mente y el corazón” y escuche a los más necesitados.