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Una crisis económica heredada por su antecesor, el escándalo de los papeles de Pandora que lo salpica, la galopante inseguridad en las calles y el creciente descontento de grupos sociales conjugan una especie de bomba de relojería que el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, intenta desactivar.

Con apenas cinco meses en el poder, Lasso ha empezado a sufrir el rigor del mandato, sobre todo en el último mes, cuando asomaron todas las amenazas juntas.

La aparición de los llamados papeles de Pandora, con él como uno de los implicados, abonó el camino para que la oposición pusiera la mirada en su pasado tributario y en el destino de esas inversiones depositadas en paraísos fiscales fuera de su país.

Lasso negó tal extremo y justificó la licitud de sus operaciones, aunque también admitió que se deshizo de inversiones “off shore” justo antes que entrara en vigor una ley electoral que prohíbe a candidatos tener ese tipo de cuentas.

Además, ha recalcado que entre él, el Banco de Guayaquil (del cual fue propietario), la Corporación Multibg S.A y el Fideicomiso GLM, que forman parte de sus empresas, han pagado 588.864.479,38 dólares de impuestos en el país, lo que, según dice, le convierte en uno de los mayores contribuyentes ecuatorianos.

CRISIS SOCIAL Y DE SEGURIDAD

No obstante, al escándalo se ha sumado la inseguridad en las calles y en las cárceles, lo que le llevó a aplicar sendos estados de excepción para tratar de atajar la galopante inseguridad ciudadana y la criminalidad entre bandas delictivas en las prisiones.

También el manejo de la crisis económica, heredada por su antecesor, Lenín Moreno, ha supuesto un desgaste para el mandatario que, según las encuestas, ha perdido mucho del apoyo ciudadano, pues del más del 70 % de simpatía que tenía al iniciar su gestión, varios sondeos le han hecho perder más de 30 puntos.

El anuncio de movilizaciones de protesta contra el Gobierno para la próxima semana, llevaron también al mandatario a emitir una acción insospechada y que, según había insistido desde el inicio del ejercicio, no la iba a tomar.

Lasso decidió congelar el precio de los combustibles, una de las principales exigencias de los sindicatos y del poderoso movimiento indígena.

Sin embargo, su medida estuvo acompañada de un último aumento en el valor de los carburantes, lo que terminó con la paciencia de los sectores sociales que ratificaron una acción de resistencia y movilización para este martes.

“No hay ningún congelamiento en el precio de los combustibles. Es ingenuo pensar así. En realidad hay un ‘paquetazo’ económico que incrementa en más del 13 % el precio del diésel. Lasso, con esta medida, en realidad, ha cumplido con una condicionalidad del FMI”, recriminó el economista y catedrático Pablo Dávalos.

LEY DE CREACIÓN DE OPORTUNIDADES

El analista Dávalos consideró que el presidente Lasso tampoco tendrá el respaldo suficiente en la Asamblea Nacional para llevar adelante reformas tributaria, laboral y de inversiones, que ya sufrió un primer revés en el foro legislativo, al no ser admitidas cuando fueron presentadas en un sola propuesta legal.

El mandatario, que es investigado por una comisión legislativa por los papeles de Pandora, ha accedido a presentar nuevamente a la Asamblea su paquete de enmiendas por separado, cumpliendo los plazos establecidos en los reglamentos.

Según Lasso, su propuesta, a la que denomina Ley de Creación de Oportunidades, es indispensable para alcanzar las metas mínimas que su administración calcula para superar la crisis económica, potenciada por la pandemia de la covid-19, y dirigir al país por la senda de la recuperación.

No obstante, la debilidad del oficialismo en la Asamblea Nacional también podría pasar factura a la administración central, que ya ha enfrentado meses oscuros en el largo recorrido de su periodo, que acabará en 2025.

Este es otro de los elementos que han aparecido en los últimos días, incluso en el mismo oficialismo que ya habla de la posibilidad de disolver el Legislativo si este se empecina en no dar paso a las reformas que el Ejecutivo requiere.

Para Dávalos, incluso la renuencia de Lasso a acudir a la Comisión parlamentaria que le investiga por los papeles de Pandora abona a una posibilidad democrática inédita, la llamada “muerte cruzada”, por la que el mandatario puede diluir la Asamblea y convocar en el plazo de un año a nuevas elecciones.

“El desenlace parece inevitable: O el presidente Lasso cierra la Asamblea para evitar la investigación de los Pandora papers, y gobierna por decreto ley, o la Asamblea lo destituye por haber incumplido con la ley. Al parecer no habría término medio”, opinó Dávalos. EFE