Un mural en una calle del casco histórico de Quito y un plantón frente a la Presidencia de la República recordaron este lunes a cerca de 1.500 personas desaparecidas, con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.
“Nuestra exigencia al Estado ecuatoriano es que haya investigación de la verdad, justicia y memoria sobre nuestros seres queridos que no están con nosotros”, manifestó a Efe Lidia Rueda, presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec), organizadora de los actos.
La Asociación desveló por la mañana un mural votivo en el centro histórico colonial de la capital ecuatoriana que contenía la leyenda: “Por nuestros desaparecidos, ni un minuto de silencio, toda una vida de resistencia”.
También rezaba, “Verdad, justicia y memoria” y “Cada 24 horas desaparece una persona en el país”, de los que “52,1 % son mujeres y 47,9 % hombres”.
“El mural refleja la lucha de los familiares que resisten contra el dolor de su ser querido desaparecido”, describió Milena Núñez, del colectivo Marcando Memoria, autor de la pintura.
Junto a otras actividades de danza y música, el colectivo de los desaparecidos en Ecuador ha querido “visibilizar y sensibilizar con esta problemática que nos compete a todos, que es la desaparición”, añadió Núñez.
La presidenta de Asfadec reiteró su petición hecha el pasado 14 de julio al actual presidente del país, Guillermo Lasso, para que reciba a una delegación de familiares de los desaparecidos y conozca de primera mano sus casos.
“Queremos que Lasso tome dentro de su agenda el problema de la desaparición de personas como una cuestión prioritaria. La gente no puede seguir desapareciendo, nos solidarizamos con más de 80 países en el mundo por la desaparición forzada e involuntaria”, apostilló Rueda.
El sábado, decenas de activistas llevaron a cabo una caminata por varias calles del centro de Quito para exigir a la Justicia que acelere las investigaciones y que los casos no caigan en el olvido.
Rueda recordó que entre enero y julio de este año se han producido 4.486 denuncias de desaparición, de las que 236 aún no han vuelto a casa. Esa cifra es mayor a la que se registró el año pasado, cuando fueron 227 las personas que no volvieron a casa.
Asfadec nació en 2012 por iniciativa del padre de Carolina Garzón, una joven desaparecida en la capital ecuatoriana ese año y desde entonces, los familiares de cientos de casos aún por resolver han conseguido que la desaparición involuntaria sea considerada un delito con la última reforma del Código Orgánico Integral Penal (COIP), en vigor desde junio de 2020.
También que se aprobara la Ley Orgánica de Actuación en Casos de Personas Desaparecidas y Extraviadas en diciembre de 2019.
Sin embargo, los familiares advierten de que la legislación no es suficiente para resolver los casos y exigen una política más decidida para hacer efectiva la capacitación de fiscales y un enfoque especializado en desapariciones forzadas. EFE