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La organización humanitaria CARE-Ecuador advirtió este martes de la insuficiencia de recursos en los albergues de acogida a inmigrantes, lo que ha agravado la situación física y emocional de esos extranjeros, sobre todo de venezolanos.

La ONG también remarcó que su última investigación sobre la situación de los migrantes en Ecuador reveló que la pandemia de la covid-19 ha agudizado sus condiciones de permanencia y que es indispensable acometer estrategias para brindar ayuda social y psicológica a las familias en situación de movilidad.

El estudio estadístico, difundido hoy, tomó como muestra a ocho refugios temporales instalados para mirgantes en las ciudades de Huaquillas, Machala, Manta, Portoviejo, Tulcán, Ibarra, Lago Agrio y Quito, entre marzo y abril de este año.

Según la organización humanitaria, los albergues presentan “insuficientes capacidades en infraestructura, recursos materiales y humanos”, así como “debilidad institucional para favorecer redes, articulaciones y sinergias” que favorezca a los derechos de los migrantes.

Para Alexandra Moncada, directora ejecutiva de CARE-Ecuador, los grupos más vulnerables de migrantes son los que afrontan “una difícil situación” al ingresar en el país, por lo que pidió una mayor presencia y apoyo del Estado para mejorar las condiciones de acogida.

“Requerimos de manera inmediata medidas de regularización migratoria”, pues la sostenibilidad de muchas familias “puede pender de un hilo”, ya que ellas acuden a organizaciones de la sociedad civil que cuentan con “procesos de autogestión”, agregó Moncada en una rueda de prensa.

La mayoría de la población investigada en los ocho albergues, que abarca a 130 venezolanos de entre 18 y 64 años de edad, “presenta un deterioro importante en su salud física y emocional” al llegar a los albergues.

“Ninguno de los albergues que formaron parte del análisis cuenta con servicios internos de salud, a pesar de que en el cien por ciento de los casos se reconoce la necesidad de un servicio que cubra necesidades de atención a emergencias”, indicó CARE-Ecuador en un informe sobre el estudio.

Por ello, Moncada conminó a la comunidad internacional a brindar asistencia “para garantizar el acceso al apoyo psicológico y psicosocial” de los migrantes, especialmente de niños, adolescentes y personas “sobrevivientes de violencia basada en género”.

Además, una de las investigadoras, Taymi Milán, indicó que en la actualidad “el 62% de migrantes venezolanos no realiza actividad laboral alguna, 23% pide dinero en las calles o alternan actividades de venta ambulante”.

Añadió que otro 15 % de venezolanos se desempeñan como albañiles, carpinteros, reciclan basura o son promotores comerciales.

Muchos migrantes “no cuentan con visa para poder trabajar, tienen multas impagables, por lo que son perseguidos” por las autoridades, mencionó Isabel Rodríguez, representante del albergue “Mitad del Mundo”.

Además, el estudio reveló que el 30 % de los encuestados aseguró que tiene a su cargo un menor de edad y que “solo el 47 % tiene acceso a servicios escolares formales”.

De otro lado, en el estudio se advirtió de que los grupos más vulnerables en los albergues son mujeres, adolescentes no acompañados, adultos mayores y miembros de minorías sexuales, los mismos que están expuestos a malos tratos, violencia de género, xenofobia, trata y tráfico de personas. EFE