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Gary Moreira aún se emociona cuando recuerda el agua cristalina que pasaba por el sector de Picoazá. De allí se abastecían todos.

Sin embargo, ahora, en una orilla, baja la mirada y se estrella con la realidad. El agua pasa sucia, maloliente y peligrosa. Mencionó que ahora ni las vacas soportan consumir el líquido con su muestra inequívoca de contaminación.
Moreira destacó que el agua del afluente solo se utiliza para regar las plantaciones, pues nadie se atreve a darle otros usos por el peligro que genera.
Con él coincide Julio Intriago, experto en temas hídricos, quien el año pasado realizó un trabajo de investigación en la cuenca media del río Portoviejo y detectó altos niveles de contaminación.

CONTAMINACIÓN. Intriago explicó que se aplicó el método Índice de Calidad del agua (ICA), que clasifica la calidad del líquido en una escala de 0 a 100 (lo más óptimo).
El ICA desarrollado en tres puntos del afluente (1, Puente San Ignacio, de Colón; 2, Puente Puerto Real, y el 3, Puente Mejía), consideró nueve parámetros de calidad de agua: temperatura, sólidos disueltos, oxígeno disuelto, pH, coliformes fecales, turbidez, demanda bioquímica de oxígeno, fosfatos y nitratos.
Según dijo, los resultados concluyen que la calidad del agua va decreciendo en el curso del cauce del río, en el orden de 60,97, 60,11 y 43,26 desde el punto uno al punto tres respectivamente.
Agregó que en ninguno de los tramos evaluados los resultados se pueden considerar de buena calidad, y que a partir del punto 2 (Puerto Real), el ICA pasa del rango Medio a Malo. Relacionó el deterioro, entre otras cosas, con los vertidos clandestinos de aguas negras, basura y animales arrojados al margen del río.
El Departamento ambiental del GAD en 2019 clausuró 28 descargas clandestinas de aguas negras, en las parroquias Andrés de Vera, Simón Bolívar y Francisco Pacheco.
Para Intriago, esto coincide con la escasa cobertura de alcantarillado sanitario y el incremento poblacional.

PELIGROSA. Intriago alertó que los parámetros de coliformes fecales superan los límites permisibles para aguas de consumo humano y uso doméstico, especialmente en el sector del puente Puerto Real.
Lo más grave, dijo, es que al ritmo que avanza la contaminación, sobre todo aguas abajo desde la parroquia Colón, en poco tiempo ese líquido no servirá ni siquiera para ser potabilizado, debido a su alto nivel de contaminación.