El 13 de abril de 2025, las urnas dieron resultados precisos. Daniel Noboa Azín triunfó ampliamente.
El triunfador tiene méritos, tiene formación académica, habla poco y sabe tomar decisiones.
El triunfo arrollador de Daniel Noboa Azín fue impulsado por el discurso incoherente de la perdedora. La candidata Luisa González proclamó que, si ella triunfaba, restablecería relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro. Los miles de venezolanos que viven en Ecuador decían: la señora Luisa González no conoce Venezuela. Aquí, en Ecuador, nos alimentamos debidamente; en Venezuela, esto es muy difícil.
La candidata perdedora, en altavoz, decía que en su gobierno el dólar sería fortalecido, pero los dirigentes del correísmo afirmaban que se necesita una «dolarización a la ecuatoriana»; eso sembró confusión.
La gran mayoría del pueblo ecuatoriano sabía que, si la candidata Luisa González triunfaba, el expresidente Rafael Correa iba a dirigir el gobierno, y eso despertó miedo.
Daniel Noboa Azín gobernará el país por los próximos cuatro años, y deberá hacerlo con humildad y sensatez, para derrotar la pobreza, el crimen organizado, y así el país viva en paz y lleno de bienestar.
No es prudente hablar y afirmar que el «noboísmo» es un movimiento en crecimiento.
Convocar a una Asamblea Constituyente es peligroso. El correísmo y sus aliados fomentarán la discordia.
Hay que hacer reformas a la Constitución sin convocar a una Asamblea Constituyente.
Por la prosperidad de Ecuador, la humildad y la sensatez deben orientar al gobierno, para que de la palabra pasemos a acciones reales y beneficiosas para todos.
Hay que tener cuidado con los aplaudidores y los políticos chulqueros que se filtran en todos los gobiernos.
Vale la pena que los gobernantes se enteren del contenido de la obra “Cruzando el umbral de la esperanza”.