A un matrimonio de la provincia china de Shanxi los arrestaron por vender ilegalmente ladrillos de la Gran Muralla China a través de Internet, según informaron medios locales. Las autoridades descubrieron que la pareja comercializaba las piezas a un precio de 95 yuanes (13 dólares) cada una. Se conoció que durante varios meses lograron vender al menos cien unidades, cada una de unos 400 años de antigüedad.
La investigación comenzó tras detectar una publicación en línea que ofrecía ladrillos supuestamente extraídos de la Gran Muralla. Esta edificación es un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las imágenes del anuncio mostraba una sección dañada del sitio histórico, con ladrillos esparcidos en el suelo, lo que alertó a las autoridades.
La Muralla China tiene 21 mil kilómetros de extensión
Los responsables fueron identificados y detenidos en Shanxi, una provincia que alberga tramos significativos de la Muralla China construida durante la dinastía Ming (1368-1644). Los ladrillos vendidos, según las autoridades, forman parte de secciones de la Gran Muralla que datan de hace cuatro siglos. Aquello agrava la situación del delito debido al valor histórico y cultural del monumento.
La Gran Muralla, que se extiende por más de 21 mil kilómetros, es uno de los símbolos más emblemáticos de China y un atractivo turístico mundial. Este caso pone en evidencia los desafíos que enfrenta el país para proteger su patrimonio cultural frente al comercio ilegal. Las autoridades chinas han intensificado en los últimos años las medidas contra el tráfico de reliquias culturales, con sanciones que incluyen multas y penas de prisión.
Exigen mayores controles y campañas
El caso de Shanxi se suma a otros incidentes similares, como el robo de artefactos arqueológicos en sitios protegidos. Los detenidos enfrentan cargos por daño al patrimonio cultural y podrían recibir condenas severas. En el caso de la pareja aún no se han revelado detalles sobre el proceso judicial.
Organizaciones como la Administración Nacional del Patrimonio Cultural han reiterado la importancia de preservar la Gran Muralla China. La estructura enfrenta amenazas por el deterioro natural, el turismo masivo y actos vandálicos. Este incidente ha generado debate en redes sociales sobre la necesidad de mayores controles y campañas de concienciación para proteger el legado histórico del país.
La investigación continúa para determinar si existen más implicados en la red de comercio ilegal y para evaluar el daño causado al monumento. Las autoridades locales han instado a la población a denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con la venta de reliquias culturales.