Un equipo de investigadores del Centro PRODI de la Universidad del Ruhr en Bochum, Alemania, y la empresa betaSENSE descubrió un biomarcador en el líquido cefalorraquídeo.
Este hallazgo facilita el diagnóstico temprano de la enfermedad de Parkinson. El estudio fue publicado el 15 de marzo de 2025 en la revista EMBO Molecular Medicine.
La investigación se llevó a cabo en Bochum y Kassel, buscando mejorar la detección y seguimiento de la enfermedad.
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Un biomarcador prometedor para el Parkinson
El estudio identificó que el mal plegamiento de la proteína alfa-sinucleína (aSyn) en el líquido cefalorraquídeo sirve como un biomarcador fiable.
El mal plegamiento transforma la estructura de la proteína, volviéndola pegajosa.
Como resultado, forma oligómeros que generan filamentos fibrilares y cuerpos de Lewy en el cerebro.
Los investigadores analizaron 134 muestras de líquido cefalorraquídeo de pacientes en dos cohortes clínicas independientes.
Las muestras provenían de los centros de Parkinson en el Hospital St. Josef de Bochum y la Paracelsus-Elena-Klinik de Kassel.
Los resultados mostraron una sensibilidad y especificidad superiores al 90% para el diagnóstico.
La tecnología utilizada, conocida como sensor inmunoinfrarrojo (iRS) y patentada por betaSENSE, permitió medir con precisión estos cambios en la proteína.
Este método ya había demostrado eficacia en el diagnóstico temprano de Alzheimer.
Su aplicación al Parkinson representa un paso importante en la medicina de precisión.
Contexto de la enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson afecta a millones de personas en todo el mundo y provoca la pérdida de células nerviosas dopaminérgicas en el cerebro.
Esta pérdida ocasiona síntomas motores característicos, como temblores, rigidez muscular y lentitud de movimientos, afectando gravemente la calidad de vida del paciente.
Actualmente, no existe cura definitiva, pero tratamientos con dopamina logran aliviar temporalmente los síntomas.
El diagnóstico temprano es complicado, ya que los síntomas suelen aparecer cuando la enfermedad está avanzada.
Un biomarcador fiable, como el encontrado en este estudio, podría cambiar radicalmente este escenario clínico.
Permitiría intervenciones más tempranas, mejorando tanto el pronóstico como el control de la progresión de la enfermedad.
Aplicaciones más allá del diagnóstico
El equipo de Bochum destaca que el biomarcador no solo sirve para diagnosticar. También puede evaluar la eficacia de nuevos tratamientos en ensayos clínicos. La tecnología iRS permite detectar cambios en la estructura de la aSyn.
Esto ayuda a medir el impacto de terapias experimentales de manera precisa. El profesor Klaus Gerwert, director de PRODI y CEO de betaSENSE, lideró el estudio. Gerwert explicó que el mal plegamiento de la aSyn es clave en el desarrollo del Parkinson.
Este descubrimiento se basa en investigaciones previas sobre Alzheimer. En ese caso, un biomarcador similar predijo la demencia hasta 17 años antes del diagnóstico clínico. La experiencia previa fortaleció los resultados de esta nueva investigación.
Impacto en la investigación médica
El avance tiene implicaciones significativas para la investigación del Parkinson. Los científicos planean expandir el uso de la tecnología iRS a otros fluidos corporales, como la sangre. Esto haría el diagnóstico menos invasivo y más accesible.
Además, podría democratizar el acceso a pruebas tempranas en todo el mundo. El enfoque también podría aplicarse a otras enfermedades neurodegenerativas. La identificación de biomarcadores estructurales abre nuevas puertas para entender estas patologías.
Los centros de Bochum y Kassel continuarán colaborando en estudios futuros. Su objetivo es consolidar estos hallazgos y explorar nuevas aplicaciones médicas. Se busca impulsar avances sostenibles en la medicina neurodegenerativa.
Retos y próximos pasos
Aunque los resultados son prometedores, los investigadores advierten que se necesitan más estudios. Validar el biomarcador en poblaciones más amplias es esencial para su aprobación clínica. También buscan optimizar la tecnología para su uso rutinario en hospitales.
Por ahora, el diagnóstico basado en líquido cefalorraquídeo requiere una punción lumbar, un procedimiento invasivo. BetaSENSE trabaja en adaptar la tecnología iRS para análisis menos invasivos. Esto facilitaría su implementación a gran escala y su aceptación médica.
El estudio subraya la importancia de la colaboración entre universidades y empresas biotecnológicas. La combinación de investigación académica y tecnología innovadora fue clave para este avance científico. Se espera que este modelo de cooperación inspire otros proyectos en el futuro.