Ecuador ha registrado un total de 2.361 muertes violentas entre enero y el 18 de abril de 2025, según datos oficiales del Ministerio del Interior, lo que representa un incremento del 65 % respecto al mismo periodo de 2024. La cifra convierte a este primer trimestre en el más violento en la historia reciente del país, impulsado por la intensificación de la actividad de bandas criminales y disputas por rutas del narcotráfico.
Homicidios en aumento: una tendencia alarmante
Entre enero y abril de 2025, el país andino ha experimentado un aumento sin precedentes en los índices de violencia, con un promedio de más de 19 homicidios diarios. Solo en el mes de marzo se reportaron 831 asesinatos intencionales, igualando el récord mensual registrado en octubre de 2023, de acuerdo con cifras divulgadas por el medio ecuatoriano Primicias.
La comparación interanual muestra un panorama alarmante. En el primer trimestre de 2024 se registraron 1.428 homicidios, mientras que en el mismo periodo de 2023 la cifra fue de 1.698 casos. Este repunte en los asesinatos refleja el creciente control territorial de bandas armadas vinculadas al narcotráfico internacional.
Las causas detrás del repunte violento en Ecuador
El Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado ha indicado que los homicidios aumentaron un 574,30 % entre 2019 y 2023. Esto elevó la tasa de homicidios de poco más de 7 a más de 47 por cada 100.000 habitantes.
Dos bandas dominan actualmente el escenario criminal en el país: Los Choneros y Los Lobos, que han establecido alianzas con carteles colombianos, mexicanos y albaneses. Estas organizaciones buscan controlar rutas estratégicas para el tráfico de drogas, lo que ha intensificado los enfrentamientos armados en múltiples provincias.
El auge de la violencia ha llevado al presidente Daniel Noboa a declarar un nuevo estado de excepción por dos meses en seis provincias. Asimismo, Noboa manifestó recientemente que Ecuador «le encantaría contar» con presencia de tropas estadounidenses para combatir el crimen organizado.
Reacción del Estado y desafíos persistentes
El gobierno ha implementado operativos militares en zonas consideradas de alta peligrosidad, así como nuevas estrategias de inteligencia. Sin embargo, la creciente sofisticación de las bandas y su infiltración en instituciones públicas siguen siendo obstáculos para una respuesta efectiva.
Ecuador se enfrenta a un desafío de seguridad estructural, con implicaciones regionales e internacionales, dada su ubicación estratégica como punto de tránsito de drogas hacia Estados Unidos y Europa. La violencia, además, ha impactado la economía, el turismo y los niveles de migración interna y externa, reflejando un deterioro general de la seguridad ciudadana. (12)