Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto signos de vida en la atmósfera del exoplaneta K2-18b, ubicado a 120 años luz de la tierra. El equipo es liderado por el Dr. Nikku Madhusudhan de la Universidad de Cambridge. Se detectó sulfuro de dimetilo, una molécula asociada a procesos biológicos en la Tierra, El exoplaneta K2-18b se encuentra en la constelación de Leo. El hallazgo, realizado con el Telescopio Espacial James Webb, sugiere la posibilidad de condiciones habitables en este subneptuno.
Sin embargo, los científicos advierten que aún no se puede confirmar la presencia de vida. Las observaciones, confirmadas en 2024, marcan un hito en la búsqueda de biofirmas extraterrestres. Esto enfrenta incertidumbre por posibles recortes presupuestarios a la NASA.
El K2-18b, descubierto en 2017, es un subneptuno, un tipo de planeta más grande que la Tierra, pero más pequeño que Neptuno. Está situado en la zona habitable de una enana roja, donde las condiciones podrían permitir la existencia de agua líquida. Su órbita, que completa un año en solo 33 días debido a la cercanía con su estrella, lo convierte en un candidato interesante para estudiar habitabilidad.
Exoplaneta es de color rojo y podría ser de magma
Según el estudio, la temperatura del K2-18b es comparable a la terrestre, lo que refuerza su potencial como un posible “mundo hicéano”. Este es un concepto propuesto por Madhusudhan en 2021 para describir planetas con océanos templados y atmósferas ricas en hidrógeno.
El avance se logró gracias al Telescopio Espacial James Webb, que analizó la luz estelar filtrada durante los tránsitos del K2-18b. En 2023, el equipo de Madhusudhan identificó trazas de sulfuro de dimetilo, una molécula que en la Tierra producen organismos como las algas marinas. Observaciones posteriores en 2024 confirmaron una señal más intensa, con concentraciones miles de veces superiores a las terrestres. “Es la primera vez que observamos posibles biofirmas en un planeta habitable. Este es un momento revolucionario”, afirmó Madhusudhan.
Sin embargo, la comunidad científica urge cautela. Christopher Glein, del Southwest Research Institute, plantea que el exoplaneta K2-18b podría ser un planeta rocoso. Además tendría un océano de magma, cuya atmósfera sería incompatible con la vida tal como la conocemos. Otros expertos, como Stephen Schmidt de la Universidad Johns Hopkins, también se han pronunciado. Él, por ejemplo, señala que el sulfuro de dimetilo podría generarse por procesos abióticos, no necesariamente biológicos. “Es una pista importante, pero aún no podemos concluir que sea habitable”, explicó Schmidt.
El Telescopio James Webb será clave para futuras observaciones
El descubrimiento reaviva el debate sobre la habitabilidad de los subneptunos, un tipo de exoplaneta común en la galaxia pero poco comprendido. Madhusudhan sostiene que el K2-18b podría albergar océanos bajo su atmósfera de hidrógeno, una hipótesis que requiere más datos para confirmarse. El Telescopio James Webb será clave para futuras observaciones, pero su continuidad está en riesgo.
Los posibles recortes presupuestarios a la NASA, impulsados por la Administración del presidente Donald Trump, amenazan con cancelar proyectos de telescopios de próxima generación, lo que podría frenar investigaciones cruciales sobre K2-18b y otros exoplanetas.
Análisis detallados de atmósferas exoplanetarias
El contexto del hallazgo subraya la importancia de la exploración espacial en la búsqueda de vida extraterrestre. Desde su lanzamiento en 2021, el James Webb ha revolucionado la astronomía al permitir análisis detallados de atmósferas exoplanetarias. El K2-18b, ubicado en una región prometedora de la galaxia, se ha convertido en un objetivo prioritario para los científicos, quienes buscan entender si las condiciones para la vida son exclusivas de la Tierra o más comunes de lo imaginado.
Para resolver las incógnitas sobre el exoplaneta K2-18b, los astrónomos planean nuevas observaciones con el James Webb y experimentos que simulen las condiciones de los subneptunos. Estos estudios podrían aclarar si el sulfuro de dimetilo es una biofirma definitiva o el resultado de procesos geoquímicos. Mientras tanto, el hallazgo ha captado la atención global, destacando el potencial de los exoplanetas en la zona habitable para transformar nuestra comprensión del cosmos.