Philipe (nombre protegido) es servidor público y se ayuda en los ingresos económicos con un pequeño emprendimiento que le permite mejorar su calidad de vida.
La actual crisis que atraviesa Ecuador también llegó a él. Las ventas disminuyeron, por consiguiente, solo vive del salario percibido por el Estado.
Hace unas semanas sintió un leve dolor en el hombro que bajo hasta el brazo, acompañado de otras sintomatologías. Visitó al médico, exámenes para salir de las dudas, regresa donde el galeno, quien le indica cambios en los hábitos alimenticios y menos preocupaciones porque la bomba de cuatro cavidades empieza a emitir alertas.
¿Cómo evitar las preocupaciones si las deudas agobian?
A lo mejor puede que sea el único caso en Manabí, pero, cuántos más existirán en Ecuador. Las crisis internas de los países tienen efectos silenciosos conocidas solo por quienes las padecen o por su entorno social y familiar.
En el contexto holístico, la salud como parte consustancial para llevar una vida activa solo es posible si se conjugan los elementos esenciales para su disfrute. Desde la responsabilidad de crear entornos favorables que permitan desarrollar las actividades productivas, pasando por la seguridad jurídica, esa garantía otorgada por el Estado con la finalidad que los derechos ciudadanos no sean conculcados.
La salud física y psicológica se nutre de una serie de componentes donde prima la acción antropocéntrica burocrática, la cual puede ser entendida como el funcionamiento idóneo de los entes encargados de brindar servicios de calidad.
Los ciudadanos son el Estado y el Estado son los ciudadanos, mientras las instituciones creadas para efectivizar las políticas públicas se convierten en el engranaje que mantienen en movimiento al motor que impulsa el bienestar colectivo.
La institucionalidad estatal va mucho más allá de lecturas financieras, económicas o análisis que pudieran mostrar sesgos para justificar la situación vivida.
Entre el poder de quienes gobiernan y el bienestar social solo media la asertiva capacidad de administrar.
Entre los derechos humanos y su aplicabilidad basta con la fortaleza estructural de los diferentes ministerios.
Se multiplica la salud para que sea creadora de riquezas.
Se combate a la inopia para romper círculos donde se encierra el subdesarrollo.
Velar por la salud implica también fortalecer el aparato productivo.
Que el caso contado sea la excepción a la regla, de lo contrario, una población empobrecida conlleva al incremento de gastos en salud para el paciente y la nación. Egresos que bien pueden ser aprovechados en otras áreas.