Si tienes un gato y un perro en casa, seguro te has preguntado si pueden compartir el mismo plato. ¡Spoiler alert! La respuesta es un rotundo no. Según datos del Journal of Animal Science and Biotechnology, los gatos son carnívoros estrictos, diseñados para vivir de carne, mientras que los perros, omnívoros, se la llevan más fácil con una dieta variada. Esto hace que la comida de perro sea un error para tu felino.
Los gatos necesitan proteínas de alta calidad en cantidades mayores, además de taurina, un aminoácido que no producen solos, y cosas específicas como ácido araquidónico o vitamina A preformada. Sin estos, su salud se va en picada. La comida de perro, pensada para omnívoros, trae menos proteínas, más carbohidratos y suele carecer de esos nutrientes clave. “Darle comida de perro a un gato regularmente es jugar con fuego”, advierte PetMD.
¿Y si tu gato roba un poco del plato del perro? Tranquilo, un mordisco no lo mandará al veterinario. Pero si esto se vuelve rutina, prepárate para problemas: desde vómitos o diarrea hasta cosas graves como ceguera por falta de taurina o enfermedades cardíacas como miocardiopatía dilatada. ¡Nada de tomárselo a la ligera!
Consejos para la alimentación de tus gatos y perros
No creas que hacer comida en casa es la solución mágica. Sin un veterinario que la supervise, puede faltar lo esencial. Y ojo: lo que le cae bien a tu perro podría ser tóxico para tu gato, como ciertas hierbas o sobras. Por ejemplo, el hígado en poquito es un éxito para gatos, pero a los perros les puede hacer daño si exageras.
Hablando de diferencias, hay cosas que tu gato puede disfrutar, pero tu perro no tanto. El pescado crudo (en mini dosis) va bien para felinos, pero en perros puede causar problemas con la tiamina. El corazón de pollo, puro en taurina, es un manjar gatuno, mientras que las carnes crudas son más seguras para gatos que para perros. Eso sí, siempre con cuidado y moderación.
El boom de tener gatos y perros juntos no es nuevo. En 2025, millones de hogares lidian con esta dinámica, y la tentación de simplificar la hora de la comida es real. ¿Cómo evitar líos? Mantén los platos separados y guarda la comida de cada uno en sitios distintos. Si tu gato es un ninja que ataca el tazón del perro, ponle horarios diferentes. Y si quieres ir por lo casero, consulta a un vet primero. Así, tus peludos estarán sanos, felices y sin peleas en el comedor.