El sábado 16 de abril de 2016, a las 18h58, un sismo golpeó la costa noroccidental de Ecuador. Con epicentro entre Pedernales y Cojimíes, en la provincia de Manabí, el evento se sintió en todo el país y en regiones de Colombia y Perú. Según el Instituto Geofísico del Ecuador, fue el terremoto más fuerte desde 1979.
Los datos oficiales reportan que 627 personas murieron al instante, mientras que otras 49 fallecieron posteriormente por heridas. El gobierno declaró el estado de emergencia y desplegó a más de 13,500 efectivos para tareas de rescate y asistencia.
Impacto económico y social
El sismo destruyó más de 7,000 edificaciones y dejó daños en unas 26,000 más, según el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda. Las pérdidas económicas superaron los 3,000 millones de dólares, afectando sectores como el turismo, la pesca y el comercio en las zonas costeras. Al menos 113,000 personas quedaron sin hogar.
La respuesta internacional incluyó ayuda de países como Colombia, México y España, con equipos de rescate y donaciones. En las semanas siguientes, se habilitaron albergues temporales para miles de damnificados.
Proceso de reconstrucción tras terremoto del 16 de abril
Hasta abril de 2025, el gobierno ecuatoriano ha invertido más de 2,500 millones de dólares en reconstrucción, priorizando viviendas, escuelas y hospitales. Según el Comité de Reconstrucción, se han entregado más de 40,000 soluciones habitacionales. Sin embargo, algunas comunidades aún reportan retrasos en infraestructura básica.
El 16 de abril se ha convertido en una fecha de reflexión nacional. En 2025, autoridades y ciudadanos planean actos conmemorativos en Pedernales y otras zonas afectadas para honrar a las víctimas y evaluar los avances tras nueve años del desastre.