¿Qué tiene Mark Wahlberg en la cabeza? El actor, famoso por su rol en Boogie Nights, confesó en 2017 en el UIC Pavilion de Chicago que lamenta ese papel. Wahlberg, en pleno evento público, divulgó que su fe y su vida como padre lo hacen repensar esa decisión.
Mark Wahlberg no es solo el tipo duro de las pelis de acción o el exmodelo de Calvin Klein. En 2017, frente a miles de personas en el UIC Pavilion, soltó una confesión que dejó a todos pensando. Habló de un papel que, aunque marcó su carrera, hoy no encaja con quién es. No dio nombres al principio, pero luego quedó claro: Boogie Nights, la cinta de 1997 donde fue Dirk Diggler, un actor porno en la California setentera, es su gran “qué hice”.
«Siempre espero que Dios sea fan del cine y también indulgente, porque he tomado algunas malas decisiones”, dijo ese día, con una risita nerviosa. Y agregó: “Ese personaje está entre los primeros de la lista”. Días después, en la alfombra roja de Daddy’s Home 2, explicó más: estaba hablando con jóvenes sobre fe y usó el ejemplo para conectar. “Espero que Él tenga sentido del humor”, lanzó, dejando entrever que su perspectiva espiritual choca con ese pasado.
El rol que lanzó pero no lo enorgullece
Boogie Nights, dirigida por Paul Thomas Anderson, fue un hit. Estrenada en 1997, la peli costó 15 millones de dólares y recaudó 43,1 millones en taquilla global. La crítica la ama y muchos dicen que ahí Wahlberg dejó de ser solo un cara bonita para volverse actor serio. Pero para él, las cosas no son tan simples. “No me arrepiento del todo, pero no lo haría ahora que soy padre”, confesó a People. ¿La razón? Imaginar explicarle esa trama a sus hijos lo pone en jaque.
En una charla con Variety en 2024, Wahlberg se abrió más. “Estaba aterrorizado cuando me ofrecieron el papel. Un actor porno no sonaba atractivo”, dijo. Venía de dejar atrás su imagen sexy de Calvin Klein y no quería volver a eso. Al final, conoció a Anderson, leyó el guion completo y se lanzó. “Teníamos 25 años los dos, fue una locura”, recordó.
¿Una película imposible para la sociedad de hoy?
Wahlberg tiene una teoría: Boogie Nights no se haría hoy en un estudio grande. “No con ese tema y sin actores consagrados”, afirmó. Ajustado por inflación, esos 15 millones de 1997 serían unos 30 millones ahora, una apuesta arriesgada para una historia tan cruda. Pero en su momento, funcionó. Sigue generando plata en plataformas digitales y ventas físicas, prueba de que pegó fuerte, aunque a Mark le pese.
En X, los fans opinan dividido. “Es su mejor trabajo, qué exagerado”, escribió un usuario. Otro dijo: “Entiendo que lo vea raro ahora, es padre y súper católico”. Y es que su fe es clave para entender esta vibra de arrepentimiento.
Hablar de Mark Wahlberg sin tocar su fe es imposible. En 2024, en Fox & Friends Weekend, lo explicó clarito: “La disciplina de mi fe me dio mi familia, mi carrera, todo”. Creció en un barrio humilde de Boston, con una juventud llena de líos, y dice que Dios lo llamó para enderezarlo. “Cuando me puse serio, el mundo se abrió”, aseguró.
Para él, ser padre y esposo marcó un antes y un después. “Todos tenemos debilidades, pero queremos acercarnos a Dios”, dijo a Rachel Campos-Duffy, la conductora. A sus 51 años, Mark ve una sed de espiritualidad en la gente. “No hay espiritualidad sin religión, todos necesitamos apoyo”, reflexionó. Su catolicismo, asegura, lo salvó de una infancia dura y lo llevó al éxito.
Wahlberg tiene un pasado que no borra, pero cuestiona
Entonces, ¿qué pasa con Boogie Nights? No es que Wahlberg lo odie. Reconoce que lo puso en el mapa como actor dramático. Pero hoy, con cuatro hijos y una vida más centrada, ese papel le chirría. “No es solo la peli, es explicarla en casa”, dijo. Imaginar a sus pequeños preguntando “¿papá, por qué estabas en eso?” lo hace repensar todo.
En redes, el tema sigue vivo. “Mark es un ejemplo de reinventarse, pero no debería renegar de su arte”, tuiteó un fan. Otro defendió: “Es válido que su fe lo haga mirar atrás diferente”. Sea como sea, Boogie Nights sigue siendo un hito, y Wahlberg, un tipo que no teme hablar de sus contradicciones.
Hoy, Mark Wahlberg es más que ese joven de 25 años que se arriesgó con Anderson. Sigue en el cine, pero con proyectos que encajan más con su vida actual. Su reflexión sobre Boogie Nights no borra su talento, sino que muestra cómo la fe y la familia lo han moldeado. Y aunque no lo grite, está claro que prefiere que sus hijos lo vean en Ted antes que en esa cinta de los 70.