A 24 horas de que el invierno azotara con fuerza el centro de Santa Ana, el comercio parece volver a la normalidad en este cantón manabita, declarado en emergencia desde la noche del miércoles 2 de abril. Sus comerciantes retoman sus actividades tras el fuerte temporal, luego de una limpieza profunda realizada con maquinaria municipal, provincial y nacional.
Comerciantes enfrentan pérdidas, pero no se rinden
Carlos Ritos volvió a abrir su negocio ubicado en las calles Sucre y Bolívar, donde vende encebollado. La inundación del jueves 3 de abril en Santa Ana le impidió atender al público. “Ayer perdí unos 200 porque no se podía trabajar. Pero estamos aquí de pie, porque mientras tengamos salud y ganas de salir adelante, todo se puede”, dijo con optimismo.
Tania Toala, administradora de un local de línea blanca, abrió su establecimiento recién la mañana de este viernes 4 de abril. “Recién vamos a hacer un inventario, hay algunas cosas que se perdieron. Espero que no sea mayor cosa”, expresó con cautela.
Mercado mayorista vuelve a la actividad

José Macías nuevamente abrió su cubículo en el mercado de mayoristas de Santa Ana. La mañana del jueves, el centro de abastos estaba totalmente anegado y se perdieron varios productos. Don José aseguró que perdió unos $400. A pesar de las dificultades, el movimiento comercial comienza a reactivarse.
Alcaldes unen esfuerzos para ayudar a Santa Ana

El alcalde de Santa Ana, Gregorio Macías, afirmó que la reactivación se está logrando gracias a la ayuda de al menos ocho cantones que se unieron a esta noble causa. “El centro está recuperado en un 70 por ciento. Los alcaldes de Olmedo, 24 de Mayo, Montecristi, Jipijapa, Jaramijó, Junín, Portoviejo y Chone nos enviaron personal y maquinaria”, destacó.
“También la Prefectura de Manabí, el Ministerio de Transporte y todas las Juntas Parroquiales nos tendieron su mano con todos sus operadores”, señaló Macías. El esfuerzo conjunto ha sido clave para enfrentar las secuelas del temporal.
Impacto de las lluvias: miles de afectados en Santa Ana
Macías relató que, por las lluvias de las últimas horas, se han afectado 1.535 familias, equivalentes a unas 7.000 personas. Añadió que las inundaciones reportan pérdidas que ascienden a más de un millón 200 mil dólares. “También estuvieron aquí los funcionarios del MIES y de la Secretaría de Riesgo, levantaron información y se espera que los afectados reciban la ayuda necesaria”, agregó.
Santa Ana, golpeada pero resiliente, empieza a ver la luz tras el caos provocado por el invierno, con la esperanza de una recuperación total en los próximos días.