Lo que comenzó como una pandilla en una prisión venezolana ha evolucionado en una red criminal transnacional.
El Tren de Aragua, dedicado al narcotráfico, la extorsión, el homicidio y la trata de personas, se ha expandido rápidamente por al menos ocho países de América, generando preocupación en las autoridades. Su crecimiento responde a tres factores clave, según el especialista mexicano en seguridad Víctor Manuel Molina.
La migración venezolana como base de su expansión
El incremento acelerado de la migración venezolana ha sido un factor determinante en la expansión del Tren de Aragua. Según ACNUR, en la última década 7.7 millones de venezolanos han migrado a diferentes países de América y Europa. Esta población, muchas veces en situación vulnerable, se convierte en un objetivo fácil para la organización, que extorsiona a migrantes en tránsito y a quienes ya están establecidos.
Históricamente, la criminalidad ha encontrado en los flujos migratorios un medio para su expansión. Ejemplos como la Mara Salvatrucha en Estados Unidos o las mafias albanesas en Europa Occidental demuestran cómo las redes criminales se apoyan en comunidades diaspóricas para establecerse y crecer ,añadió el especialista en un artículo
Trata de personas y prostitución: Su negocio de entrada
El control de la prostitución y el tráfico de personas ha sido una estrategia clave para la expansión del Tren de Aragua. La organización recluta mujeres en Venezuela, ofreciéndoles oportunidades en el extranjero con promesas falsas. Muchas de ellas terminan atrapadas en una red de explotación sexual, incluso después de haber «pagado» su deuda con la banda, señala Molina.
Ciudades como Lima, Bogotá y Santiago de Chile se han convertido en puntos estratégicos para este negocio. A través de estas redes, el Tren de Aragua establece alianzas con grupos criminales locales, ganando influencia en nuevos territorios.
Alianzas criminales y conexión con cárteles
El Tren de Aragua ha logrado intermediar entre distintas organizaciones criminales, facilitando el tráfico de drogas y armas. Su presencia en países como Brasil, México y Estados Unidos le permite servir como puente entre grupos locales y grandes cárteles internacionales, como el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Gracias a esta red de conexiones, una organización en el Amazonas brasileño puede acceder a nuevos mercados en Chile o Panamá, y los cárteles mexicanos pueden ampliar su presencia en el cono sur. Estados Unidos, el mayor mercado de drogas del mundo, también se ha convertido en un destino clave para sus operaciones.
Ecuador: Un caso particular
A diferencia de países como Colombia, Perú o Chile, donde el Tren de Aragua tiene células establecidas, en Ecuador su presencia es más limitada. En 2023, el entonces ministro del Interior, Juan Zapata, afirmó que no había evidencia de una operación estructurada de la banda en el país.
No obstante, informes de inteligencia sugieren que al menos 150 miembros han ingresado en los últimos años, buscando alianzas con grupos locales como Los Choneros y Los Lobos.
Ante la creciente amenaza, algunos países han tomado medidas más firmes. En enero de 2025, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, firmó un decreto declarando al Tren de Aragua como grupo terrorista, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos.
Esta clasificación busca facilitar acciones legales y operativas contra sus miembros. Sin embargo, hasta ahora, las medidas concretas se han limitado a capturas puntuales, sin una estrategia integral contra la red criminal.