El registro más completo y actualizado de plantas y animales exóticos en la Antártida revela que son una amenaza para los ecosistemas antárticos.
Estándares bioinformáticos aplicados a las especies invasoras en la Antártida revelan que ya han causado impactos en la biodiversidad local.
Estos incluyen la depredación generalizada de gatos, ratones y ratas sobre insectos endémicos y aves marinas.
Además el daño a la vegetación causado por conejos y otros mamíferos introducidos.
Se trata de una región que es particularmente vulnerable al impacto del cambio climático y las especies introducidas de plantas y animales.
El estudio, dirigido por la Dra. Rachel Leihy, del Instituto Arthur Rylah, es el primero en recopilar datos sobre la identidad, localidades y fechas de introducción de las especies exóticas invasoras.
Todo se remonta a la primera llegada de personas a estas áreas y los primeros informes de especies exóticas a mediados del siglo XVIII.
El estudio revisó 3.066 registros de 1.204 plantas y animales en 36 localidades individuales en la Antártida y las Islas del Océano Austral.
Introducción de especies en la Antártida
Según la profesora Melodie McGeoch de la Universidad La Trobe, desde las primeras expediciones a la Antártida y las islas del Océano Austral, los humanos han introducido especies no nativas en la región.
Tras la entrada en vigor en 1998 del Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente del Tratado Antártico, se prohibió la introducción de ganado doméstico, perros de trineo y suelo no estéril.
Algunas de estas especies exóticas establecidas han causado impactos significativos en la biodiversidad local.
“Sin embargo, a pesar de los procedimientos de bioseguridad cada vez más estrictos en toda la región, las invasiones biológicas siguen siendo una amenaza para los ecosistemas antárticos”, dijo Leihy.
