Las Juntas Cantonales de Protección de Derechos -JCPD- son parte de los organismos de políticas de defensa, protección y exigibilidad de derechos y su trabajo se enmarca en las políticas de atención emergente y en las de protección especial, pero sin perder de vista la protección social y la restitución de derechos de niñez y adolescencia, de mujeres, de personas adultas mayores.
Justo aquí radica el análisis de hoy, si bien cuando llega un caso a las JCPD, son situaciones de emergencia, es decir, son personas que está siendo vulneradas en algún aspecto de su vida y por tanto deben dictar medidas de protección emergente como: boleta de auxilio, alejamiento del agresor o dar custodia de emergencia en el caso de niñez y adolescencia; así parar de inmediato la vulneración y asegura la seguridad de la víctima, salvando de este modo muchas vidas.
Pero no puede quedarse ahí la protección de los derechos, porque de inmediato debe pensarse en la salud física y mental, la alimentación, la vivienda, la educación, el trato, entre otros, para realizar un trabajo integral. Es decir, si fuera el caso de una niña maltratada por su padrastro, la JCPD tendría que pedir la salida del agresor de la casa, darle boleta de protección a la niña y su madre; además, con base en la información que le den los informes médicos, sociales y psicológicos, deberá pedir atención médica especializada, atención psicológica, bono de desarrollo, bono de vivienda, ingreso al
sistema escolar, etc.
Es decir, mirar todas las dimensiones dela vida.
El trabajo de las JCPD no queda ahí, debe tener pedir la creación de políticas públicas que se requieren para prevenir que nuevos casos de vulneración de derechos se den, entonces deben disponer a los organismos de formulación de políticas, léase Consejo Cantonal de Protección de Derechos, para que en función de la problemática elabore las propuestas necesarias, tales como política de prevención y erradicación del maltrato infantil, que incluya proyectos como campañas de sensibilización, programas de educación familiar, programas de atención psicológica, etc.
Siendo estos organismos tan importantes y estando en sus manos la vida de miles, los Gobiernos Autónomos Descentralizados Municipales deben dotar de todos los recursos humanos, económicos, materiales y tecnológicos para el desempeño de su labor de manera eficaz y eficiente, caso contrario las vidas de quienes no son protegidos son también su responsabilidad, así como lo son la de quienes las JCPD salvan.