El entrenamiento profesional – recibido para controlar excesos ciudadanos – fue empleado por Chauvin para exteriorizar sentimientos racistas, similar a otros casos ahora investigados como posibles asesinatos con el uso excesivo de la fuerza, el empleo de armas de fuego y violación a los derechos civiles, aflorando ser parte de una acostumbrada brutalidad policial soslayada por las esferas oficiales.
La difusión de un vídeo que capta la pasión sufrida por Floyd enardeció la conciencia ciudadana, convirtiéndose las calles estadounidenses en campos de batallas en demanda de justicia y el fin de toda clase de racismo y abusos contra afrodescendientes, latinos e indios, específicamente.
“I can’t breathe” y “Black lives matter” son los gritos que han retumbado en las principales metrópolis de América y Europa. La primera, “no puedo respirar”, pronunciada por Floyd cuando se asfixiaba, estremeció al mundo. La segunda, “las vidas negras importan”, se ha erigido en símbolo de la lucha de los movimientos antirracistas del orbe.
El gobierno del presidente Donald Trump se presenta como un cíclope con su único ojo dirigido hacia lo económico. Su principal misión es hacer dinero por sobre todo lo demás, teniendo como subterfugio la protección a esos Derechos Humanos que irrespeta constantemente cuando y donde le dé la gana.
Sin embargo, el caso Floyd está afectando su política imperial. Aquel “no puedo respirar” ha empezado a sembrar conciencia en algunos estados y municipios, que anunciaron revisar el procedimiento de la Policía, reducir su presupuesto, reestructurarla, así como dar paso a la sindicación y juzgamiento a los agentes acusados de crímenes. Esto era imposible pensarlo antes de la muerte de Floyd. Y el presidente está en contra.
Pero debe preocupar a Trump, pues, de seguir así, esa llave mortal – como la de Derek – que aplica a las minorías y a los inmigrantes, podría revertírsele en las elecciones de noviembre.
Como dato curioso, de acuerdo a la búsqueda en Internet, el nombre Derek es de origen germano y significa “El que gobierna el pueblo”. El nombre Donald es escocés y significa “El que gobierna el mundo”.