Muchos de nosotros recordamos con nostalgia la hora cívica de los lunes.
Momento en el que retumbaba el fervor y la piel se estremecía al entonar los himnos, tanto de nuestra patria, como el de nuestra ciudad y, por último, y no menos importante, el de nuestra institución educativa. Un privilegio era participar de ese instante en el que se les rendía homenaje a los símbolos patrios, te sumergías en la sentida letra del himno y no le quitabas la mirada al tricolor. En cada verso cantado, le estabas jurando lealtad y la promesa de ofrendar tu vida si era necesario. Aquellos tiempos se diluyeron y ahora nos embarga un sentimiento de frustración al notar cómo se irrespeta nuestros símbolos patrios, que son la identidad y la libertad forjada por nuestros antepasados para darnos la soberanía que hoy gozamos.
Con la inserción de la cívica en el currículo educativo, se vuelve inmensamente necesario que se muestre a los estudiantes que debemos sentir orgullo por nuestro suelo, que cada símbolo representa una página de la historia que merece ser tratada con el mayor respeto, que se debe entonar la letra del himno con alma, vida y corazón. Que cada frase debe arraigarse y hacerla parte de nuestra piel, que los colores de nuestra bandera son sagrados, y que, sin importar la situación, el lugar y la circunstancia, se debe rendir pleitesía con sobrado respeto a los símbolos que representan a nuestro Ecuador amado.
Ahora bien, amparado en la historia, recojo un pedazo de la misma, que en su momento llenó de mucha alegría a los habitantes de la parroquia Picoazá. El 11 de noviembre de 1997, en la administración municipal del Dr. Guido Álava Párraga, y como presidente de la Junta Cívica, el Lcdo. Régner Álava Rivas, fue aprobado el escudo de armas y la bandera de esta importantísima parroquia urbana. Y el 21 de septiembre de 2007, mediante ordenanza municipal, se aprueba el himno de la parroquia, cuya letra fue compuesta por Gonzalo Molina Cedeño y la música, por el gran maestro Elio Laz Iturralde. Desde aquella época a la fecha, y por situaciones que encajan a la perfección en una sociedad donde se ha dejado de amar el sentido de pertenencia y todo aquello que nos represente, es que hacemos un llamado a los rectores y directores de escuelas y colegios de Picoazá a que sean utilizados los símbolos y expuestos en cada acto cívico que se efectúe. Es justicia.