El deshielo de los glaciares, acelerado por el cambio climático, libera organismos antiguos que pueden causar infecciones en quienes los visitan. Investigadores de universidades y centros científicos advierten que el agua y el hielo de estas zonas pueden contener virus y bacterias desconocidos. Desde el Ártico hasta la Antártida, los riesgos para la salud se han identificado en estudios recientes, destacando la necesidad de precaución al viajar.
Microorganismos antiguos en el hielo
El glaciar actúa como un congelador natural que preserva organismos durante miles de años. Según un estudio publicado en Microbiome (2021), científicos de la Universidad Estatal de Ohio descubrieron 33 virus, de los cuales 28 eran desconocidos, en muestras de hielo de 15,000 años del glaciar Guliya, en la meseta tibetana. Estos virus, atrapados en el hielo, podrían infectar a humanos al derretirse. “El deshielo no solo libera microbios, sino que los expone al ambiente”, explicó Zhi-Ping Zhong, microbiólogo líder del estudio. Además, un estudio de 2023 de la Academia China de las Ciencias identificó 968 especies de bacterias en glaciares tibetanos, el 98% desconocidas. Estas investigaciones sugieren que el contacto con el agua de deshielo puede ser riesgoso.
Por otro lado, un estudio de 2014 en Siberia, publicado en Viruses, aisló virus infecciosos en el permafrost, lo que indica que los glaciares podrían albergar patógenos activos. En la Antártida, Rocío Alcántara, investigadora de la UNAM, encontró bacterias marinas fotosintéticas en hielo derretido, según un informe de 2023 en Gaceta UNAM. Estas bacterias, aunque no siempre patógenas, demuestran la presencia de organismos viables en el hielo.
Riesgos para la piel y la salud
El contacto con el agua de un glaciar o su hielo puede provocar infecciones en la piel. Un estudio de 2016 en Siberia, reportado por la BBC, documentó un brote de ántrax tras el deshielo de permafrost, donde una bacteria, Bacillus anthracis, infectó a humanos y animales, causando la muerte de un niño. La bacteria, liberada de un reno congelado hace 75 años, afectó la piel y los pulmones. Además, un estudio de 2022 en Proceedings of the Royal Society B analizó sedimentos del lago Hazen, Ártico, y encontró que el agua de deshielo aumenta el riesgo de infecciones virales al facilitar el cambio de huéspedes.
La Universidad de Ottawa, en colaboración con otros centros, identificó que Acanthamoeba, un organismo presente en el hielo, puede causar infecciones oculares y en la piel, según un informe de 2023. Estas infecciones son graves, especialmente en personas con sistemas inmunes debilitados. Los estudios también advierten sobre virus como la gripe española o la viruela, cuyos fragmentos genéticos se han hallado en permafrost, según Jean-Michel Claverie de la Universidad de Aix-Marseille.
Precauciones al viajar a un glaciar
Para quienes planean viajar a un glaciar, las medidas de prevención son esenciales. Los estudios recomiendan evitar el consumo de agua de deshielo sin tratar, ya que puede contener organismos patógenos. Un post en X de 2025 alertó que el agua glaciar, aunque parece pura, puede albergar bacterias milenarias. Además, el contacto directo con el hielo debe minimizarse para reducir riesgos en la piel. Los expertos sugieren usar guantes y ropa protectora al explorar estas zonas.
Asimismo, un estudio de la Universidad de Lanzhou (2022) enfatizó que los glaciares tibetanos liberan bacterias como Methylobacterium, asociadas al ciclo del metano, que podrían adaptarse a nuevos entornos. La UNAM recomienda monitorear la salud tras visitar glaciares, especialmente si se presentan síntomas como irritaciones en la piel o fiebre.
El glaciar, aunque fascinante, esconde riesgos para la salud. Los estudios científicos (70%) y de universidades (30%) confirman que el deshielo libera organismos que pueden causar infecciones. Al viajar, la precaución con el agua y el hielo es clave para evitar enfermedades.