La Administración de Estados Unidos, liderada por Donald Trump, extendió el 7 de julio de 2025 la autorización para descargar gas licuado de Venezuela. Esta licencia estará vigente hasta el 5 de septiembre, con el objetivo de facilitar el suministro energético mientras se mantienen sanciones contra el Gobierno venezolano.
Licencia renovada para el gas en Venezuela
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió la Licencia General 40D, que autoriza hasta el 5 de septiembre de 2025 la entrega y descarga de gas licuado de petróleo (GLP) en Venezuela. Esta licencia permite transacciones con el Gobierno de Venezuela, Petróleos de Venezuela (PDVSA) o cualquier entidad donde la petrolera estatal tenga una participación del 50% o más. Sin embargo, la autorización aplica solo a envíos cargados en buques antes del 7 de julio de 2025. La medida prohíbe pagos en especie con petróleo o derivados y excluye transacciones con personas bloqueadas fuera de PDVSA o sus subsidiarias.
Licencias para Venezuela
Las transacciones de gas licuado estuvieron prohibidas durante el primer mandato de Donald Trump (2017-2021) por una orden ejecutiva de noviembre de 2018, extendida en 2019. En julio de 2021, la Administración de Joe Biden otorgó la primera licencia para estas operaciones, renovada en 2022 y 2023, como parte de una flexibilización para aliviar la crisis energética venezolana. La actual Licencia 40D, emitida el 7 de julio de 2025, reemplaza la licencia 40C de 2024. Esta decisión refleja un equilibrio entre sanciones económicas y necesidades humanitarias en Venezuela, donde el GLP es crucial para cocinar y otras actividades domésticas.
Contexto político y tensiones
La renovación llega en un momento de tensiones políticas. En mayo de 2025, el Gobierno de Trump confirmó el vencimiento de la licencia que permitía a Chevron operar en Venezuela, siguiendo una directiva del presidente para cancelar licencias de la “era Biden” que, según la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, beneficiaron al régimen de Nicolás Maduro. Estas licencias petroleras, otorgadas en noviembre de 2022, coincidieron con negociaciones entre el Gobierno venezolano y la oposición para convocar elecciones presidenciales. Sin embargo, la autorización para el gas licuado se mantiene como una excepción temporal, enfocada en mitigar la escasez de combustible en Venezuela sin relajar completamente las sanciones.
Por otra parte, el presidente Maduro ha criticado estas licencias, calificándolas como una injerencia en la soberanía de Venezuela. En 2023, durante su programa de televisión, afirmó que el país no necesita “permisos” de Estados Unidos para su comercio. Pese a estas declaraciones, la exportación de gas licuado sigue siendo un alivio para los venezolanos, quienes enfrentan déficits energéticos en varias regiones.
Impacto y perspectivas
La extensión de la Licencia 40D garantiza un suministro temporal de gas licuado, beneficiando a miles de hogares en Venezuela. Sin embargo, la medida no implica un levantamiento general de sanciones, que siguen restringiendo las operaciones petroleras de PDVSA. La decisión de Estados Unidos también responde a la presión internacional por garantizar acceso a recursos esenciales en Venezuela, mientras se mantiene la vigilancia sobre el régimen de Maduro. Analistas señalan que esta autorización podría facilitar futuras negociaciones bilaterales, aunque el panorama político sigue incierto ante las próximas elecciones y las tensiones diplomáticas