Recuerdo haber leído en una entrevista de prensa realizada al exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, que “Guayaquil —palabras más, palabras menos— compite con Quito por el aeropuerto y con Manta por el puerto”.
En efecto, las ciudades compiten por todo: por inversiones públicas, por vías, por turismo, por seguridad, por mercados y, sobre todo, como el mundo ya lo ha entendido, por crear las mejores condiciones para atraer inversión privada, para que las empresas, fuente segura de empleo permanente, se instalen en sus territorios.
Esto, desde mi punto de vista, es fundamental. Pero no es un tema solo de decir: hay que demostrar con hechos que se quiere que una ciudad, provincia o país avancen. El espectacular desarrollo de China, que hoy asombra al mundo, por ejemplo, no es fruto de los buenos deseos de sus dirigentes: es el resultado de medidas concretas para promover su crecimiento. La historia cuenta que “tras la muerte de Mao, Deng Xiaoping asumió el mando y, después de consolidar el poder, se propuso ‘… liderar a China a través de un período de reforma y apertura que transformó su economía en una economía de mercado socialista’. ‘… Las dos reformas esenciales fueron el uso de las Zonas Económicas Especiales en China y el “sistema de responsabilidad”. Ambas fueron ejemplos del enfoque pragmático de Deng…’. ‘El objetivo de las ZEE era atraer inversión extranjera, tecnología y manufactura. Deng creía que las Zonas Económicas Especiales serían la vía para atraer empresas de otros países a China…’”.
El Municipio de Portoviejo, guardando obviamente las proporciones y con las limitaciones que impone el esquema legal ecuatoriano, me parece que está dando pasos firmes para competir y consolidar a la ciudad como un destino de inversión. ¿Cómo? Colocando cimientos para asegurar el crecimiento futuro. ¿Cuáles? El proyecto Villanueva es uno de ellos. En la práctica, si todo funciona, será una nueva y pequeña ciudad dentro de otra. Puede ser el nuevo centro administrativo, de negocios, de recreación y residencial de Portoviejo, su punto de inflexión.
El proyecto CIAL, algo parecido. Si se lo desarrolla y promueve en debida forma, podrá ser el sitio ideal para empresas de hoy y del mañana. En fin, si todo marcha bien, se podrá decir que crecer la ciudad, como en China y en todo el mundo, es un tema de proponérselo.